|
SALUD MASCULINA. |
EFECTOS DE LA EDAD EN LA PERCEPCIÓN
TEMPORAL
El cuerpo no sabe de días.
Cabe recordar el caso del espeleólogo
francés Michel Siffre, considerado el padre de la cronobiología.
Siffre se encerró durante dos meses en el abismo de Scarrasson,
al sur de los Alpes, sin relojes ni ninguna forma de diferenciar entre
el día y la noche, y mantuvo su temperatura corporal por debajo
de los 34º. Al salir, estimó ante los investigadores que había
estado nada más que veintiséis días encerrado, y cuando
se le pidió que contase ciento veinte segundos, tardó cinco
minutos en hacerlo: su cuerpo percibía el tiempo más de dos
veces más lentamente.
Un estudio realizado por Marc Wittmann
y Sandra Lehnhoff titulado “Efectos de la edad en la percepción
temporal” (age effects in perceptions of time) llegó a la conclusión
de que en realidad percibimos el tiempo presente de igual forma que cuando
éramos pequeños. Eran los períodos de tiempo más
largos (por ejemplo, un año o una década) los que eran percibidos
de forma más rápida por los más mayores, hasta llegar
a los cincuenta años, edad en la que la concepción del tiempo
deja de alterarse. Por el contrario, la percepción de períodos
más cortos, como una semana, no sufrían una variación
significativa.
Según Wittmann, la atención
es decisiva en nuestra percepción del paso del tiempo. Siempre y
cuando estemos ocupados en otra actividad, no prestaremos atención
al reloj, y por lo tanto sentiremos que el tiempo se ha pasado volando.
Si por el contrario, focalizamos nuestra atención en dejar que el
tiempo pase, como cuando esperamos nuestro turno en una cola o en el médico,
sentiremos que transcurre mucho más lentamente. Ello explica que
los ancianos utilicen a menudo metáforas referentes a la lentitud
del tiempo: cuando nada interesante parece ocurrir, uno es atrapado irremisiblemente
en la contemplación del paso del tiempo.
GUÍA PRÁCTICA DE LA
-
TURISMO DE SALUD. BALNEARIOS, HOTELES
SPA. CURHOTEL.
Ver programa completo (pulse
aquí.) |
|
|