SALUD MASCULINA. |
OBESIDAD Y SEDENTARISMO
Menos plato y más zapato.
Y no sólo menos plato, también zapato.
En el artículo, publicado
en la revista Circulation, James O. Hill, profesor de la Universidad de
Colorado autor principal del estudio, señala que “un peso saludable
se mantiene mejor con un nivel de ejercicio más elevado que el que
desarrollamos de media en la actualidad y una ingesta de energía
que encaje con este”, explica Hill. “No vamos a lograr reducir las tasas
de obesidad centrándonos sólo en reducir la ingesta alimentaria.
Si no aumenta la actividad física entre la población estaremos
sólo promoviendo restricciones alimentarias insostenibles. Esta
estrategia no ha funcionado y no parece que vaya a funcionar en un futuro.
De lo que hablamos es de cambiar el mensaje de ‘come menos, muévete
más’ a ‘muévete más, come de forma más inteligente'”.
En su opinión, una simple
reducción de 100 calorías en la ingesta calórica diaria,
un incremento en la actividad física y pequeños cambios en
el tipo de comida que se consume, podrían hacer que el 90% de la
población adulta dejara de ganar peso.
Una dieta no se puede mantener para
siempre, de modo que cuando se deja, el balance energético pasa
a ser positivo –se ingieren menos calorías de las que se consumen–
y aumenta la masa corporal, que está formada entre un 60% y 80%
de grasa. El incremento de la masa corporal eleva entonces el gasto de
energía y restablece el balance energético, pero con un peso
mucho mayor.
Los investigadores creen que ser
obeso es la única manera de alcanzar el balance energético
cuando se tiene una vida sedentaria en un entorno como el nuestro, de abundancia
alimentaria.
Menos plato y más zapato.
Y no sólo menos plato, también zapato.
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