EL SILENCIO TRAS LA RUPTURA

No hay silencio que no siga escuchándose, pero es mejor hacerse el sordo.

A veces uno anda por la calle y cree haber visto a esa persona. Uno se acerca, mira de reojo y comprueba que se ha equivocado.  A veces uno se engaña y cree que ha olvidado todo recuerdo.

Cuando una pareja rompe, suelen dejar de verse, de llamarse … 

Rompen todo contacto para poder reiniciar una nueva relación. Saben que si siguiesen en contacto siempre se reavivaría la llama y que nunca podrían romper del todo.

A veces es un silencio impuesto desde fuera.  

En las relaciones humanas no debería haber lugar ni para prohibiciones ni para autoengaños. La vida es esencialmente de la persona y todos los recuerdos forman una vida.

Incluso cuando el recuerdo es pésimo, queda la curiosidad por saber que ha sido de la vida de esa persona que un día fue o no fue pareja.

A veces se rompe antes de haber empezado nada, pero se rompe. A veces no se empieza nada porque hay otras personas, otras preferencias, sin razón, pero se rompe la relación. 

A veces ni se rompe ni se empieza nada, pero el vínculo de lo que podía haber sido se dejar morir en silencio.

No hay silencio que no siga escuchándose, pero es mejor hacerse el sordo.