¿ACOMPAÑAR EN EL PARTO?

Compartir el momento más importante de nuestras vidas.

Ya hace años que es normal que el padre acompañe a la madre en el momento del parto. Según la Guía para padres y madres. Iniciativa parto normal publicada por la Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME) ya en 2011, entre el 87 y el 96% de las mujeres estaban acompañadas por sus parejas en el parto. "La mayoría de los padres refiere la vivencia como agradable y se siente satisfecha con su labor de acompañante".

La OMS recomienda su presencia, igual que el Ministerio de Sanidad, que promueve su participación en los hospitales. La Guía de práctica clínica sobre la atención al parto normal señala que "el acompañamiento por parte de la pareja", o de quien la mujer prefiera (no tiene por qué asistir el cónyuge, puede hacerlo un familiar o un amigo), "aumenta su bienestar y parece mejorar los resultados del parto".

A pesar de estas recomendaciones, hay opiniones técnicas enfrentadas. Por ejemplo, el obstetra francés y precursor del parto natural, Michel Odent, sostiene que la presencia del hombre (en general, no solo el padre) en el parto puede ser negativa porque provoca que la mujer genere adrenalina, algo que puede inhibir la liberación de oxitocina, una hormona necesaria para que se produzcan las contracciones.

Siempre que todo vaya normal y desde una perspectiva exclusivamente emocional, lo que sienten los padres en ese momento es algo tan fuerte que les unirá para siempre. Compartir ese momento no es estar presente en el nacimiento, es hacer saber que nunca se va a faltar, que siempre será uno padre, desde el primer momento.

Y luego está el hecho de darse uno cuenta del dolor por el que tiene que pasar una mujer para dar a luz a su hijo. Qué menos que estar a su lado y sujetar su mano para compartir el dolor. 

Seguramente no hay mejor momento en la vida de unos padres.