EL CUIDADO DE LOS PÁRPADOS

Cuidado de la piel más sensible.

Su cuidado no debe limitarse exclusivamente a evitar las arrugas sino que afectan a una expresión descansada. 

Son el escudo de los ojos y cumplen con su misión, pero los párpados son extremadamente sensibles, su piel es fina y frágil (unos 0,35 mm de grosor, muy poco en comparación con la del resto del rostro).

En los párpados se concentran 22 músculos que son los que posibilitan el parpadeo. 

Al estar muchas horas frente al ordenador, con los ojos fijos, se provocan que estos se fatiguen y aparecen señales como los ojos rojos o los párpados hinchados. 

Esto provoca, tanto molestias oculares, como un aspecto cansado y avejentado. En casos extremos, todo ello puede desembocar en blefaritis, una enfermedad que hincha los párpados y que debe tratarse siguiendo las indicaciones del oculista. 

Una solución casera para descansar los párpados es ponerse dos rodajas de pepinos en sus ojos. Este es un método muy eficaz para librarse tanto de los párpados caídos como de las ojeras. Basta con tenerlas 10 minutos en los ojos para experimentar una sensación de alivio y ver los resultados inmediatos. 

Otro es ponerse dos bolsas de manzanilla. Antes hay que dejarlas en la nevera hasta que se enfríen y permanecer 20 minutos con ellas sobre los ojos. Para conseguir que los resultados sean permanentes, deberá hacerlo una vez cada dos días como mínimo. 

En ambos casos, al terminar, debe enjuagarse con abundante agua lo más fría posible.