EL RESPETO A LOS PADRES

El respeto que deben los hijos a los padres.

La punta del iceberg es el aumento de denuncias de padres a sus hijos por maltrato. Lo grave es lo que hay debajo de las cifras y que supera en mucho a esa pequeña punta del iceberg.

Tradicionalmente el respeto se ha asociado al castigo pero hubo una época en la que los padres sufridores de castigos excesivos cambiaron el sistema por el permisivo de hacerlo comprender todo. 

No hay sistemas buenos o malos lo que es malo es el exceso en cualquiera de ellos.

Fruto de una época en la que se quería acabar con el autoritarismo y el temor paterno, los padres inexpertos de una generación apostaron por educar en una tolerancia excesiva, en el amiguismo con los hijos, en la no exigencia de responsabilidades.

Los padres confundieron el castigo físico con el deber de formar. 

Pero la educación de los hijos no es únicamente cuestión de los padres, lo es de los colegios, de las familias, de los medios de comunicación. 

Lamentablemente muchos hijos han cruzado todas las fronteras del respeto (físico y psíquico) y exigen como derechos a sus padres lo que no saben ver como privilegios. 

Se olvidan de que viven en casa de sus padres y que eso conlleva unas obligaciones al igual que vivir en cualquier sitio, pero no se les ha enseñado a valorar sino a exigir. 

La educación permisiva o comprensiva ha fracasado en muchos casos para desgracia de sus defensores que estaban cargados de buenas intenciones y de toda la razón, porque hay que comprender antes que obedecer.

Por desgracia, la práctica ha demostrado que las mejores teorías no siempre aciertan. Y lo peor es que el péndulo que pasó del autoritarismo a la permisividad llevará a los hijos de hoy al autoritarismo de sus bisabuelos. De error en error.