EL DESODORANTE Evolución histórica del desodorante. Los egipcios utilizaban como desodorante un aceite esencial de limón y canela para combatir el mal olor. El primer desodorante inhibidor de la humedad corporal apareció en Estados Unidos en 1888 y era un compuesto de crema y cinc, un mineral que, al igual que el cloruro de aluminio que se usa hoy en día, dificulta la secreción de sudor. Los antitranspirantes a base de cloruro de aluminio son una de las soluciones más populares para combatir la sudoración excesiva. Después de aplicar un antitranspirante a base de cloruro de aluminio, el ingrediente activo se introduce en la parte más externa de las glándulas sudoríparas, donde se forma una especie de “tapón” de aluminio y queratina. La queratina es la sustancia que forma la capa más externa de nuestra piel, uñas y pelo. Este tapón hace que la transpiración no pueda alcanzar la capa más externa de la piel. Además, el cloruro de aluminio previene el crecimiento de hongos y bacterias. A lo largo del tratamiento la glándula se va adormeciendo y la producción del sudor se detiene. El cloruro de aluminio en combinación
con el agua presente en el sudor puede ser un fuerte irritante de la piel
y dañar la ropa, haciendo incómodo el tratamiento. Por eso,
a los antitranspirantes se les añade también lactato de aluminio,
un ingrediente que consigue eliminar ese efecto irritante y hace posible
su uso en pieles sensibles.
EL SUDOR
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