EL OTRO NO HABLABA 

¿No le ha pasado nunca estar con alguien a quien hay que arrancarle las palabras?.

Seguramente, por aquí es que no paramos, y seguramente esto de escribir viene de no hablar lo suficiente. 

La naturaleza desagradable de los silencios se asocia con sentimientos de ansiedad ya que los participantes se sienten presionados para hablar, pero no están seguros de qué decir a continuación.  Los silencios incómodos puede ser consecuencia de una conversación entrecortada en la que los participantes han completado lo que quería decir. 

A menudo, cuando estamos en el proceso de comunicarnos con alguien, llega un momento en que hay un silencio incómodo entre nosotros. La forma que elegimos para hacer frente a ese momento es indicativo de nuestro nivel de comodidad con uno mismo y con el proceso de comunicación. 

Cuando se comunica con otra persona, es totalmente normal que los silencios se produzcan. En la mayoría de los casos, esto indica que hay un tipo real de conexión entre uno y la otra persona. Por lo tanto, relajarse y no forzar la conversación en ese momento. 

Si el silencio incómodo parece durar más de lo que se desea, haga una pregunta simple y directa para ayudar a poner en marcha la conversación. La gente siempre le encanta hablar de sí mismos.

Ofrezca a su interlocutor una bebida o algo de comer. Si usted y su amigo están experimentando un silencio incómodo, se le puede ofrecer algo de beber para ayudar a cambiar la conversación hacia la acción física. Todo el mundo disfruta de la oportunidad de respirar y comer o beber con un amigo. 

Y si no habla, pues mejor, aproveche para hablar y hablar, hasta que no le quede más remedio que autosalvarse diciendo algo.