HACER AMIGOS

Reglas de oro para relacionarse. No todas las llaves entran en todas las cerraduras.

Recordar nombres. Ya dijimos en cierta ocasión que en una reunión de sicólogos de todo el mundo analizaron cuál era la palabra más bonita y el acuerdo al que llegaron es que la palabra que más nos gusta escuchar es nuestro propio nombre.

En las relaciones públicas, recordar nombres esencial Se cuenta que el que fuese presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton recuerda miles de nombres.

Evitar de entrada hablar de uno mismo. Este es un error de libro y muy generalizado. Normalmente no se hace con mala intención, simplemente para iniciar una conversación y darse a conocer, pero de primeras no conviene hablar de uno mismo, salvo cuando nos preguntan. 

No dar envidia. No alardear. Esto no merece explicación. ¿Podría retirar de la mesa las llaves del deportivo y el último teléfono móvil de moda?, es que van a poner las copas, gracias.

Aunque lo haga muy bien, recuerde que no todas las llaves entran en todas las cerraduras. No todo el mundo tiene empatía con todo el mundo. Hay gente que cae bien y gente que cae mal. Es así.

Ser cortés. Por ejemplo, “porque me gustó lo que dijiste y porque me gustó …”. Esto que no lo lean los de las secciones serias porque andan todo el día con eso de las mentiras y las verdades, unos rollos filosóficos de cuidado. 

Pero a lo que vamos, a apretar manos, a hacer amigos, en los detalles está la diferencia. 

Y sonría, más, un poco más, no puede salir con una cara tan seria a la calle.