ÉTICA DEL DON JUAN Entre la mentira y la imposibilidad de olvidar. El don Juan, ya sea el de Tirso o el de Zorrilla, tiene tres características básicas. Es educado, está formado como corresponde a su hidalguía, siempre se le representa como miembro de la noble familia de los Tenorio. No respeta la verdad con tal de conseguir sus fines, sus falsas promesas verbales son una burla a la mujer que seduce. Lo preocupante es que en la mayoría de los casos no sabe cuando está diciendo la verdad y cuando la mentira. Por último, destaca su nomadismo. Pero no tanto el deseo de viajar, sino la necesidad de huir de la mujer seducida. Sabe que si permanece a su lado no podrá evitar enamorarse. Y es que el don Juan no es un copulador, ni presume de serlo, es un seductor enamoradizo que necesita el mismo tiempo para abandonar a la mejer seducida que para conquistarla, más una hora para olvidar, una hora eterna. Aunque la verdad es que necesita el triple para olvidar, porque tiene pánico al amor, es decir, a la madurez. Es un eterno Peter Pan que necesita ser querido, por eso deja de huir cuando encuentra su ideal de perfección, doña Inés. Realmente se enamora de su ideal, de su virtud, o quizás de que sabe que no encontrará ninguna mujer que supere a doña Inés. En los versos de Zorrilla: DON LUIS
DON JUAN
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