DANTE Y LA NOVIA DEL HERMANO FEO. Paolo Malatesta y Francesca de Rímini
El padre de Francesca, Guido da Polenta, señor de Rávena estaba harto de guerrear con Malatesta, señor de Rímini, así que hicieron las paces y para sellarlo acordaron casar a sus hijos. Guido era el padre de la bella Francesca y Gianciotto, el hijo mayor de Malatesta. Gianciotto era feo y deforme, así que los amigos le aconsejan que la novia no le vea antes de la boda para que no salga por ... Hace caso a los amigos y manda a su hermano Paolo, que como pasa en estas historias no era tan buen gobernante como el hermano mayor, pero se las sabía todas. El bueno de Paolo se hace pasar por su hermano Gianciotto y Francesca se enamora al instante y se casan, pero al despertar a la mañana siguiente, Francesca se encuentra al verdadero Gianciotto en su lecho. Momento en el que se pone de los … Gianciotto se despierta de buen humor y se va a un pueblo cercano, pero un criado le cuenta que no debería haberse ido de tan buen humor. Regresa en secreto a Rimini y va a la habitación de Francesca que tiene la puerta cerrada porque Francesca …, lo que da tiempo a Francesca a abrir una trampilla que casualmente conduce a una habitación de abajo. Como Paolo era torpe se queda enganchado con un hierro de la trampilla y el hermano le ve. Ella se pone entro los dos hermanos pero … El caso es que ella le cuenta la
historia a Dante en el Canto V de la Divina Comedia, pero lo cuenta a su
modo, le dice que estaban leyendo un librito, el de Lancelote del Lago
y la reina Ginebra, esposa del rey Arturo, en el momento del primer
beso en la lectura, cuando Lancelote besa “la sonrisa” de la reina Ginebra,
de modo que Paolo besa a Francesca. Inducidos por el libro (es decir, que
el libro es el culpable), que aquí desempeña el rol de Galeoto,
los amantes se abandonan a su amor. Pues Amor, como dice Francesca,
‘no consiente que no amemos’. La versión de Dante acaba igual, en
la culminación amorosa, que se vuelve sangrienta por la espada con
que Gianciotto, el hermano de Paolo, que atraviesa a los amantes.
Esta historia ha inspirado otras obras literarias, como el poema titulado Historia de Rímini (1816), de Leigh Hunt, y el drama Francesca da Rimini (1902), de Gabriele D'Annunzio que inspiró la ópera del mismo nombre a Riccardo Zandonai. La historia de Francesca y Paolo - especialmente la escena de la lectura de la historia de Lancelot y Ginebra - también ha sido tratada en la pintura, entre los pintores franceses del siglo XIX como Ingres y Alexandre Cabanel, pintores medievales y los del Prerrafaelismo. En escultura, El Beso de Auguste Rodin se inspira en la misma fuente. Fue concebida originalmente como parte de Las Puertas del Infierno, un proyecto monumental basado en el Infierno de Dante. La fantasía orquestal
de Tchaikovsky Francesca da Rimini (1876) está igualmente inspirada
en su historia, como la ópera Francesca da Rimini de Rajmáninov
y la de Riccardo Zandonai, de 1914 que tuvo gran popularidad en Italia.
También inspiró la ópera de Eduard Nápravník
estrenada en San Petersburgo en 1902 y la ópera dejada por inconclusa
por Herman Goetz, de 1877.
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