YO ABANDONÉ A MIS HIJOS.

“Sólo quiero decirles que no tiene sentido separar a las personas entre hombres y mujeres. Hay de todo, de un lado y del otro.”

Tenía treinta años y dos niños. De repente me sentí atosigada, comprimida en una vida que pasaba de largo sin aportarme nada.

Salí huyendo. Dejé a mis hijos al cuidado de mi marido. Le firmé todos los papeles que me pidieron. Me intentó convencer para que me quedase, pero yo sólo quería huir.

Durante estos diez años, mi marido ha encontrado a otra mujer y juntos han criado a nuestros hijos. Acaban de tener otro hijo y son una familia feliz.

Veo casualmente a mis hijos, pero noto la distancia y su incomprensión hacía mí. ¿Por qué te fuiste?.

Ahora quiero volver, pero ellos no me aceptan, aunque no me culpan, y me dan todas las facilidades para verles. Sigo una terapia de siquiatras que se horrorizan cuando tienen delante a una mujer que ha abandonado a sus hijos.

Yo quería vivir mi vida, me sentía agobiada y sólo se me ocurrió huir. Ahora sé el precio que he tenido que pagar por recuperar mi plena libertad, por volver a ser dueña absoluta de mi vida.

Poco importa lo que ha sido de mí, sólo quiero decirles que no tiene sentido separar a las personas entre hombres y mujeres. Hay de todo, de un lado y del otro.

Hay hombres y superhombres, padres y superpadres. Mis hijos tienen de padre a un gran hombre. El solo sacó adelante a mis hijos y siempre me defendió, incluso ante mi propia familia. Hoy sigue admirando mi desarrollo profesional y luchando por comprenderme. Comprenderme para ayudarme, porque siempre me dice que no tiene nada que perdonar, que yo era dueña de mi vida y respeta mis decisiones.