SONRÍE Sólo sonríe, mueve los músculos de la cara, y ya mejora el estrés. Según un estudio de la Universidad de Kansas (EE UU) el simple gesto de sonreír nos ayuda a sentirnos mejor tras episodios de estrés. En experimentos con 169 universitarios, Tara Kraft y Sarah Pressman analizaron los efectos fisiológicos y psicológicos de una expresión facial neutra y de ambos tipos de sonrisas. Para ello, después de que los sujetos realizaran actividades multitarea estresantes, les pidieron que probaran a cambiar el gesto de su cara hacia un rostros sonriente y midieron su ritmo cardíaco y su sensación de estrés. Los resultados revelaron que sonreír influye en el bienestar físico, ya que la sonrisa Duchenne logró reducir la velocidad del latido cardíaco de los sujetos tras someterse a estrés mucho más que una sonrisa estándar. El semblante neutro no tuvo ningún efecto positivo. Las sonrisas se clasifican en dos tipos: sonrisa estándar, que implica solo a los músculos situados alrededor de la boca, y sonrisa Duchenne o genuina, que también hace que se contraigan los músculos que rodean los ojos. Las autoras del estudio, que se
publica en la revista especializada Psychological Science, sugieren que
sonreír mientras nos sometemos a ciertos estresores puede reducir
la intensidad de la respuesta del cuerpo, independientemente de si la persona
se siente o no "feliz". Por ejemplo, una sonrisa durante un atasco nos
puede evitar un mal rato al “ayudarnos a afrontar mejor la situación
desde el punto de vista psicológico y a mantener el corazón
más sano”, afirma Kraft.
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