¿TIENEN QUE DISCULPARSE LOS HOMBRES?

Hay un grupo en Estados Unidos que ha generado un interesante debate.

Como se ve en el vídeo adjunto, un grupo autodenominado hombres conscientes ha decidido pedir disculpas a las mujeres por siglos de mal comportamiento, incluida la quema en la hoguera, la prostitución, la violación, la mutilación genital, la desigualdad política y económica, y la relegación a "tareas serviles."

En el vídeo se dice “sentimos un profundo dolor por las acciones destructivas del inconsciente masculino en el pasado y el presente. "

El debate es muy generalizado en Estados Unidos, y tanto lectoras como lectores nos han enviado sus opiniones preguntándose si los hombres deberían pedir disculpas por las acciones de unos pocos, o lo jóvenes por conductas que les resultan ajenas y que se refieren a épocas de desigualdad que ellos no han vivido. 

El debate es similar a las disculpas extemporáneas presentadas por religiones o países por actos del pasado, aunque en este caso hoy en día sigue habiendo conductas discriminatorias. Incluso podría extenderse a las madres que han educado a sus hijos en la desigualdad.

Sin embargo, para algunas mujeres sería bueno que les pidiesen perdón y para algunos hombres pues lo mismo, así que mejor nos pedimos todos perdón, y los buenos (los malos siempre son los otros, vaya por delante) pues también.

El caso es que los jóvenes lo ven de otro modo y han tenido las mismas oportunidades que sus hermanas, algo que no sucedía antes, así que señalan que la mujer como el hombre, es responsable de su vida y de sus acciones, y por tanto ella misma favorece la expresión de lo que considera oportuno para su propia vida, en ese punto, sobra el victimismo. 

Queremos cerrar estas opiniones con la opinión de una lectora que enfoca el problema “no desde la culpa, sino desde el aprendizaje de la experiencia vivida, para así poder reconducir la realidad personal de cada uno de ellos y crear una forma de vida más saludable y por tanto más feliz. No tiene ningún sentido culpabilizar a nadie, ni tan siquiera a uno misma-o. Pero escuchar un “lo siento” para algunas personas puede resultar muy reparador”.