EL PROTOCOLO DEL MENOSPRECIO.
Nunca, y el “NUNCA” con mayúsculas,
se puede justificar el menosprecio a los demás y menos a sus espaldas.
Un caballero nunca menosprecia a
los demás ni propaga chismes. Los que actúan de este modo
esconden un complejo de inferioridad y quieren elevarse a sí mismos
hundiendo a los demás.
Si no nos gusta la labor de otro,
se omite la opinión. Debemos considerar que esa persona ha actuado
de este modo poniendo lo mejor de sí. Por ejemplo, expresando una
opinión o actuando de una determinada forma.
Y además, protocolos aparte,
es que no se puede hacer a los demás lo que nos gustaría
que nos hiciesen. Al chismoso, en cuanto se da la vuelta, le llueven los
chismorreos …
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