EL PROTOCOLO DE LAS PALABRAS.

La prudencia en la elección de las palabras.

Una regla de oro es la adecuada elección de las palabras. Hay que actuar siempre con prudencia y no apresurarse a comentar aquello que se desconoce. Volvemos al eterno consejo de nuestra lectora favorita: saber escuchar. Escuchar siempre es mejor que hablar, pero es que estar callado cuesta … 

Realmente a nadie le obligan a tener una opinión sobre todo, pero todos acabamos teniendo una opinión sobre casi todo. ¿No es curioso?. 

Pero volvemos al tema del protocolo. Hay que evitar el uso de muletillas lingüísticas, como el “em", "este", "porque", "o sea", "es decir", etc.

Y claro hablar con respecto a la de los demás y evitar comentarios negativos o insultantes. Evitar expresiones o ejemplos teóricos que implican una falta de respeto. 

Aunque no se haga con mala intención hay frases que incitan a imaginar escenarios ofensivos, como “imagínate si …”. Es estos casos nuestro interlocutor se ve forzado a visualizar mentalmente situaciones que le pueden resultar violentas o desagradables. 

Un error de libro es la referencia a funciones corporales, como detallar el uso que se quiera hacer de la obligada visita a los aseos, o los chistes fuera de lugar.

Otro aspecto importante es la relevancia del interlocutor. Si se trata de una persona mayor, se hace más necesario aprender y saber escuchar.

El uso de las palabras 'Gracias', 'Por favor' y 'De nada' indica buenos modales y su uso depende del ámbito cultural. Por ejemplo , en Inglaterra es muy importante, como también lo es sonreír al interlocutor.

Algo imperdonable es lavar la ropa sucia fuera de casa. Esas personas que hablan mal en público de sus familiares, amigos, compañeros … Realmente se están haciendo un daño gravísimo  a sí mismos. Por supuesto, en los insultos ni entramos.

Luego están los que saludan a las mujeres con un comentario que consideran gracioso en lugar de saludar por su nombre.

Pero esto es tan obvio que no merece la pena tratarlo. Lo que importan son las muestras de interés por los demás. Preguntarles sus opiniones, escucharlas y respetarlas.