JEFE: EL DOMINGO ES EL CUMPLEAÑOS DE SU SEÑORA.

Manda al de siempre a comprar algo y me mandas un mensaje de recordatorio el sábado por la noche.

El secreto mejor guardado de los “sin tiempo” es que tienen un asesor personal que compra los regalos por ellos.

Después de años de matrimonio regalando la misma joya, de la misma joyería, hasta haber repetido el regalo en varias ocasiones, o de haber recibido la misma corbata cientos de veces, los “sin tiempo” se han sometido a los asesores personales.

En las mejores tiendas y joyerías han notado que ya no van los clientes que con toda la prisa del mundo, cinco minutos antes de cerrar, compraban lo que fuese porque mañana era el cumpleaños de su mujer y se lo acababa de recordar su secretaria.

Ahora envían a expertos que se esfuerzan en encontrar algo nuevo y que sea capaz de sorprender a mujeres que ya no se sorprenden de nada.

En opinión de uno de estos expertos, no se trata de comprar algo caro, sino de transmitir la idea de que “sin tiempo” ha dedicado su producto más valioso y escaso “su tiempo” a patearse infinidad de tiendas hasta dar con algo que alegre la vista de sus esposas.

Normalmente se trata de hombres. El motivo es que antes esta labor la hacían las secretarias y era fácil para las esposas descubir que lo había elegido otra mujer o “la secretaria. “Gracias por el regalo, di a tu secretaria que tiene muy buen gusto pero que sea más generosa la próxima vez”. 

Lo que empezó con regalos ha saltado a los viajes. Ahora estos asesores proporcionan ideas, consejos y asesoramiento para hacer realidad viajes a medida, alojándose en los mejores hoteles, balnearios, spas, villas o chalets. 

Otra figura, diferente a la anterior, es la del ‘personal shopper’. Cuando tienen que acudir a un estreno o le apetece salir de compras para renovar su vestuario, los “sin tiempo” en contacto con su ‘personal shopper’. Su misión es comprar ropa y complementos para el cliente. 

La misión de este tipo de asesor es aconsejar el vestuario más adecuado para cada ocasión. No es lo mismo asistir a un estreno que a una cena. Los clientes se fían de su criterio profesional. Lo primero es conocer su talla, sus gustos, su fondo de armario para saber lo que les siente bien. También se encargan de pedir los arreglos que necesita la prenda y de llevárselo a casa.