LA CULPA LA TENEMOS LOS PADRES. Y es que somos incongruentes con los adolescentes. Como en casa no se les puede aguantar, pues nada no hay reglas, todo vale con tal de que se callen y no estar discutiendo todo el día. Pero claro hay que dar una solución a un adolescente contestón. ¿Qué hacer?. Pues se le busca un colegio severo que intente corregirle y nos quite este trabajo “imposible”. Aquí está la incongruencia. El adolescente tiene problemas en el colegio porque la disciplina no se corresponde con lo que tiene en casa. ¿Cuál es la solución?. Llevarle a un colegio menos disciplinado para que siga igual. Puede ser. Otra, ser tan severo como el colegio. Imposible un padre no es superman, en el colegio los profesores se turnan. ¿Qué hacer con los problemas de convivencia de los adolescentes?. Lo primero quizás sea entrar por la puerta del psicólogo infantil reconociendo nuestra culpabilidad: ya sé que tengo la culpa, pero cómo sobrellevarlo. La respuesta es complicada porque el problema de fondo es que los adolescentes de hoy son muy inmaduros. Los padres no sabemos decir NO. Los adolescentes llegan a comportarse de manera agresiva verbalmente o físicamente. Lo ideal es educar desde la infancia, pero lo padres no educan porque no son profesionales de la educación, son carpinteros, médicos, taxistas, que se encuentran con sus hijos al volver a casa después de un día agotador. Aún así, nunca es demasiado tarde para comenzar a recobrar la autoridad. Un consejo puede ser útil,
pero nadie conoce a sus hijos mejor que sus padres. ¿Qué
es lo mejor que podemos hacer por nuestros hijos en este momento?. Algunas
veces, la respuesta es fijar límites. Pero lo más importante,
no se olvide, es que la culpa la tenemos los padres y en esto no está
solo. Nadie acierta.
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