SEXUALIDAD MASCULINA

CELOS Y NEUROSIS. EL MACHISMO ENFERMIZO.

Neurosis en la sexualidad.

Es sadismo es la tendencia a causar dolor al objeto sexual o ser maltratado por él.

Se presenta de dos formas: activa y pasiva, según Ktrafft-Ebbing (“psychopathia sexualis”) que son la “Algolagnia” activa o sadismo y la Algodinia pasiva o masoquismo. El término sadismo toma su nombre de los escritos de Donatien-Alphonse-François, Marqués de Sade (1740-1814), escritor francés repetidamente encarcelado, entre otros por su libro contra Josefina Bonaparte (Zoloe y sus dos acólitos). A los 65 años fue internado en el manicomio de Charenton (París) donde murió a los 74 años.

Pero volviendo al tema, la sexualidad masculina puede resultar agresora y dominante.

Esta agresión es tratada por Freud, que sostiene que se trata de una posición activa y dominadora con respecto al objeto sexual, hasta la  exclusiva conexión de la satisfacción con la humillación y maltrato del objeto sexual. Sólo esto último debe considerarse “perversión”, según Freud.

Cuando el sadismo se vuelve contra uno mismo se denomina masoquismo. 

Psicológicamente se relaciona con el “complejo de castración” y conciencia de  “culpa”. Alcanzando la satisfacción orgásmica a través del dolor, la humillación, la vejación, la penitencia, la expiación figurada, la minusvaloración, desprecio, hasta la negación,...en un entorno casi teatral.

Para Freud, la crueldad y el instinto sexual están ligados. Y señala que la represión sexual, la limitación de la libertad, la inasequibilidad del objeto sexual, los  peligros del acto sexual normal, son factores que hacen aparecer todo tipo de perversiones en individuos que de otro modo hubieran permanecido normales.

Y así llegamos a la neurosis. El carácter histérico revela una represión sexual  y un desarrollo exagerado de las resistencias contra el instinto sexual (el pudor, la repugnancia, la moral,..).

Y entre la neurosis y la perversión dos síntomas: conseguir que otros hagan su voluntad atemorizándoles desde la intimidación hasta el terror y quitar autonomía al otro en su desarrollo personal o social a partir del temor.

Los celosos, según Freud, son masoquistas (que se nutren de sospechas, dudas, etcétera, buscando atormentarse), inseguros y se sienten culpables, con sentimientos de inferioridad . El celoso masoquista reacciona en forma neurótica (llora, sufre, agrede o se retrae), en forma psicopática (disimula, y si puede agrede) o incluso psicótica (depresivo de tendencias suicidas).
 

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No hay que confundir al hombre celoso con el posesivo, aunque algunos síntomas sean parecidos. El celoso puede ocultar un complejo de inferioridad (miedos) el posesivo NO, es más peligroso. El posesivo no tiene complejos, si acaso de superioridad, y simplemente no acepta que algo que cree de su propiedad (su mujer) pueda hacer o haber hecho algo que queda escapa de su control. El posesivo no comprender que la vida se comparte, no se adquiere. 
 
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