NI BANALIZAR, NI MAGNIFICAR LA SEXUALIDAD ¿Nos comemos un limón o basta con algo que sepa artificialmente a limón? Nos critican que esta sección está bastante abandonada Es verdad, pero es que hay muchos charcos en este tema. Nos explicamos para no explicarnos. Hay varias etapas en la vida sexual, una primera etapa, adolescencia y juventud, en la que se llega a la sexualidad como un mundo desconocido y quizás el cuerpo demanda un tipo de sexualidad no tan madura como la que se alcanza con la edad y una vez que se mantiene una relación estable, de familia, con hijos, con una perspectiva de futuro en común. Cuando se conoce esta sexualidad dentro de esta entrega completa entre un hombre y una mujer, la sexualidad se enriquece y ya es mucho más que el contacto entre cuerpos. En algún artículo hemos tratado el caso de la introducción de electrodos en el cerebro para reproducir artificialmente la sensación orgásmica. Aparentemente la sensación fue más satisfactoria para la paciente que la sentida en la vida real. Para la ética, banalizar la sexualidad es un poco aceptar ese tipo de sexualidad prefabricada, una sensación puramente química que se aparta de lo realmente importante, el contacto el amor el cariño entre hombre y mujer. Es como si en lugar de comernos un limón no conformásemos con algo con sabor a limón. En todo caso hay muchos temas abiertos, uno ellos es la atracción sexual en las relaciones hombre y mujer en lo que la relación sentimental es imposible por la razón que sea, pero la atracción sexual es tan gran de que les mantiene unidos. Ahí se abre un debate muy interesante en las nuevas relaciones hombre y mujer y valoramos mucho las aportaciones Hay varios mensajes de lectoras que se quejan de la desprotección en ciertas prácticas sexuales y narran casos patéticos, como el de de herpes en garganta, etc. que cuentan con detalle para que los tratemos, pero de momento preferimos no meternos en ciertos charcos. Por supuesto, toda precaución es poca. Otro debate que cuestionan tanto
hombres y mujeres es la ética a cierta edad en la que se mantiene
el deseo sexual pero se ha perdido gran parte de la atracción física.
Es otro tema muy espinoso y algún lector lo plantea en estas palabras
¿celibato involuntario o enfrentarse a algo que carece de toda ética?.
Cada persona tiene que responderse a esta cuestión. Pero hay de
todo, la ética tiene muchas tallas y cada uno tiene la que tiene.
Pero
como dice con mucha gracia la actriz Adriana Ugarte en una entrevista al
periódico el País, “el amor despista bastante. Y con el
celibato uno se concentra en sus cosas y deja de dispersarse. Hacer el
amor es muy desgastao”.
|
|
|