EL DESVÁN. Psicología masculina.

FALSOS MITOS Y EXPECTATIVAS DEL MATRIMONIO 

La reacción es la frustración y la respuesta culpabilizar a todos, salvo a nosotros mismos.

Uno de los trabajos más exhaustivos en ese sentido es el realizado por J. H. Larson y publicado bajo el nombre de “la encuesta del matrimonio” relativo a las creencias de los estudiantes universitarios sobre algunos mitos del matrimonio, en el que manifestaba que “una de las explicaciones de la alta tasa de divorcios y el gran nivel de insatisfacción marital se debe a que los americanos tienen unas elevadas y poco realistas expectativas del matrimonio”.

La primera expectativa es que el matrimonio va a solucionar los problemas que genera estar soltero. No es así, los sustituye por otros diferentes.

La reacción es la frustración y la respuesta culpabilizar a todos, salvo a nosotros mismos.

Un error de libro es pensar que los problemas que existen en las relaciones de novios mejoraran al casarse. Esto es una utopía. En un caso menor, pero que sirve de ejemplo, una joven se quejaba de que su novio bailaba con todas mientras que ella se quedaba sola esperando su turno. Se casaron y nada cambió. La respuesta sería: si no se acepta una conducta sólo hay dos opciones …

Otro error de libro es pensar que con los hijos se solucionarán los problemas. Al contrario, hay algunos que se multiplican. En el corto plazo el embarazo genera estrés y puede incentivar conductas de infidelidad en algunos hombres que no se identifican con el sentimiento de paternidad. A largo plazo, la dedicación a los hijos limita el tiempo para la pareja. Si uno de los dos no quiere asumir la paternidad es mejor asumirlo. Esta sensación no se implanta en el cerebro y no todo el mundo quiere tener hijos. Cuesta asumirlo para personas que piensan de otro modo, pero es así.

Luego está el machismo o la dependencia. Según Larson, “los hombres suelen estar menos influidos por sus mujeres y verse menos envueltos en los ciclos de la vida familiar que las mujeres”. Dicho de un modo más claro, hay personas, hombres o mujeres, que no colaboran, que hacen lo menos posible, y cargan de trabajo a sus parejas sin comprender que la familia es cosa de todos. El miembro de la pareja que se encuentra sobrecargado de trabajo lógicamente se queja y aguanta hasta que deja de aguantar.

Para concluir todo esto está muy bien en el papel, pero no vale para nada porque se decide cuando se está en la fase de amor romántico y como dice una de nuestras lectoras favoritas: cuando el amor entra en la cabeza, las neuronas se van de vacaciones. Pues eso.
 
 

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