LA FOBIA, UN TRASTORNO SICOLÓGICO.

Tener una fobia aumenta en un 50% la posibilidad de tener otra.  

Vértigo, miedo a las arañas, a los aviones, a quedarse atrapado en el ascensor, todos son miedos que existen en el proceso de instrucción de una persona y que un día se convierten en algo irracional que incapacita y limita. 

Pero hay que ser más preciso: miedo y fobia no son lo mismo.

El miedo es un elemento protector de supervivencia. El ser humano está programado para tener miedo, una herramienta muy útil para su supervivencia. Muchos niños sobreviven gracia a sus miedos naturales, por ejemplo, el miedo a la oscuridad le impide adentrarse en sitios peligrosos.

La fobia es un miedo irracional a algo que no tiene la propiedad de evocar miedo. Por ejemplo: 

• Aracnofobia. Se trata del miedo a las arañas.  
• Acrofobia. Pánico a las alturas. No es un simple vértigo, sino un temor que ocasiona ansiedad.
• Aerofobia. Miedo a viajar en avión.  
• Agorafobia. Temor a los espacios abiertos.  
• Claustrofobia. Miedo a quedarse confinado en espacios cerrados.  
• Emetofobia. Fobia al vómito o a vomitar. Es más que una aversión hacia el acto de vomitar y que lleva a la persona a cambiar sus hábitos sociales y alimenticios.  
• Necrofobia. Miedo a la muerte y a los seres que han fallecido.
• Sociofobia. Persistente e intenso miedo a ser juzgado negativamente en situaciones sociales.  

Los especialistas creen que haber vivido una situación traumática puede ser una de las causas. Por ejemplo, un niño confunde una abeja con una mariposa, intenta cazarla y le clava el aguijón. Años después va a coger un funicular en una montaña y se queda paralizado porque ve abejas. Se queda paralizado, no le pueden hace reaccionar, tiene sudores fríos, temblores, punzadas en el estómago y un ritmo cardíaco acelerado.