Psicología en los negocios.

MOTIVACIÓN Y COACH POSITIVO 

¿Se puede fortalecer la propia motivación? 

Veronika Brandstätter, psicóloga de la motivación de la Universidad de Zúrich, opina que sí: trazarse objetivos realistas, planearse mentalmente el camino para alcanzarlos y tomar los fracasos como retos es la.

La norma general indica que debe tenerse constancia, seguir siempre esforzándose, incluso cuando se presentan contrariedades. Ya desde pequeños, cuando empezamos a caminar, aprendemos a levantarnos cada vez que nos caemos.

Naturalmente es bueno tener un objetivo vinculante, el llamado «compromiso». Una vez trazados los planes, ello ayuda a no abandonarlos de forma prematura. Por esta razón podemos trazarnos objetivos a largo plazo y trabajar sin interrupción para conseguirlos. Los objetivos orientan y dan sentido. Pero nos diferenciamos unos de otros en la manera de intentar conseguirlos: algunas personas van perfilando sus proyectos durante mucho tiempo, otras lo hacen sin darle grandes vueltas. Asimismo, ante las contrariedades existen grandes diferencias de unas personas a otras.

En una entrevista realizada por Nikolas Westerhoff  a Veronika Brandstätter (Múnich,1963), aparecen las siguientes reflexiones:

P: Cada persona tiene unos objetivos, pero la motivación para conseguirlos es diferente para cada cual. ¿Cómo se explica esto?

R: Aquí actúan en su conjunto educación, ambiente y personalidad. La norma general indica que debe tenerse constancia, seguir siempre esforzándose, incluso cuando se presentan contrariedades. Ya desde pequeños, cuando empezamos a caminar, aprendemos a levantarnos cada vez que nos caemos.

P: Un consejo adecuado, ¿no le parece?

R: Naturalmente es bueno tener un objetivo vinculante, el llamado "compromiso". Una vez trazados nuestros planes, ello ayuda a no abandonarlos de forma prematura. Por esa razón podemos trazarnos objetivos a largo plazo y trabajar sin interrupción para conseguirlos. Los objetivos orientan y dan sentido. Pero nos diferenciamos unos de otros en la manera de intentar conseguirlos: algunas personas van perfilando sus proyectos durante mucho tiempo, otras lo hacen sin darle grandes vueltas. Asimismo, ante las contrariedades existen grandes diferencias de unas personas a otras otras.

P:  ¿Supone un problema la falta de perseverancia?

R: Si. Tanto los directivos de empresa como los maestros o los padres se quejan con frecuencia de la falta de motivación de sus protegidos. Por suerte, esta situación puede prevenirse. Se trata de plantearse mentalmente la forma de llevar a cabo las actuaciones encaminadas a conseguir un objetivo; desglosar el objetivo principal en pequeñas y realistas metas, y no dejarse amilanar ante los fracasos.

P: ¿No nos empecinamos, a veces durante demasiado tiempo en un objetivo profesional o privado?

R: La constancia es un factor importante para el éxito. Al mismo tiempo, nos capacita para evitar esfuerzos innecesarios renunciando a objetivos no realistas. Quien se empecina demasiado tiempo en conseguir lo inalcanzable tiene dos incovenientes: por un lado, sufre el malestar general propio que ello supone y que puede llegar a provocar un trastorno psicosomático; por otro, va desapareciendo la atención que se presta al problemático objetivo. Ello dificulta la posibilidad de orientarse de nuevo y la búsqueda de alternativas.

P: ¿Cuáles son, en su opinión, las aportaciones más importantes en el estudio de la motivación?

R: Primero, que existen dos sistemas independientes de motivación: uno consciente, explícito, y otro inconsciente, implícito. Si son demasiado divergentes, pueden originarse tensiones psíquicas. En segundo lugar, que la motivación tiene mucho que ver con la regulación de los sentimientos. Sólo quien mantenga a raya emociones negativas, como el nerviosismo, la preocupación o el pesimismo, está en condiciones de aspirar a altos objetivos. Tercero, que las personas deben aprender a trazarse objetivos y dado el caso, también a abandonarlos. El abandono a tiempo es importante no solo en la vejez, cuando van viéndose cerradas muchas "ventanas de oportunidades".

P: ¿Cómo influye el inconsciente en las motivaciones?

R: Andrew Eliot y su equipo de la Universidad de Rochester han realizado amplios estudios al respecto. Demostraron que determinados estímulos pueden desencadenar de manera inconsciente conductas de rechazo. El experimento consistió en someter a los participantes a un test de inteligencia. A cada participante se le adjudicó un número: o el uno o el seis. Además se entregó a cada uno una hoja donde se le informaba del curso de la prueba. Descubrimos que si la hoja informativa era de papel rojo o la persona en cuestión tenía el número seis, el resultado del test era peor. Ello sugiere que existen señales condicionadas socialmente -como el color rojo- que favorecen el fracaso. Los profesores utilizan el color rojo para corregir los ejercicios y exámenes; el número seis indica en Alemania un suspenso. Una preparación (priming) de este tipo puede influir en nuestra conducta sin que nos demos cuenta.

P: Logro, poder, afiliación. ¿Poseen los "tres grandes" de la motivación el mismo valor que los "cinco grandes" de la personalidad?

R: Nuestros actos pueden reconocer otros motivos, entre ellos, las necesidades estéticas. Los "tres grandes", sin embargo, cuentan con una base biológica; pueden considerarse congénitos. Se encuentran en casi todos los "catálogos" de motivos propuestos por los psicólogos a lo largo de los años.
 

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