EL PEOR ERROR: NO ESCUCHAR

Un momento, calma sólo un momento, para escuchar. Una vida social independiente en la que no aparezca su pareja.

En las relaciones de pareja muchas veces no hay falta de entendimiento, simplemente no se escucha. A menudo se trata de personas que vienen de relaciones anteriores que les han dejado cicatrices, así que tienen miedo a volver a sufrir y el camino más fácil y más rápido es no escuchar.

Están apareciendo en las consultas de los sicólogos nuevas tipologías de problemas que derivan de una serie de cambios sociales a los que no todos están habituados.

Los hombres se están enfrentando a que sus parejas hacen sus planes con independencia de ellos y se da el caso en que son invitadas a actos sociales y prohíben la presencia de sus maridos o parejas. Quieren mantener una vida social independiente para tener una puerta de salida si se rompe la relación, una vida social independiente en la que no aparezca su pareja. Es como dividir la vida social en estancias independientes, de modo que sin una se quema, el incendio no se extienda al resto. O lo que es lo mismo, preguntar dónde está la puerta de salida o de emergencias antes de entrar, por si acaso.

Para muchos hombres esta exclusión es sencillamente una falta de educación. Ellos serían incapaces de no extender la invitación a su mujer en casos similares, pero a estos hombres les falta toda la información. Normalmente no saben reaccionar y en lugar de decir que no comprenden esta actitud dicen que se trata de celos. Seguramente no sean celos, pero no saben expresar sus sentimientos. Les cuesta reconocer que no son integrados plenamente en la vida social de su pareja.

Lo peor es cuando uno no quiere dar explicaciones y el otro no quiere escuchar. Entonces es un diálogo de sordos en el que lo único que no se deben perder son las formas. Las formas, el respeto y la buena educación siempre deben estar por encima de todo. Hasta para decir “adiós así no me interesa” hay que saber respetar.