EL VIAJERO. Geografía íntima.

VIAJE A LA ÚNICA VERDAD

Un viaje del latín a los bailes latinos.

Todo empezó con una frase tonta: seguro que te habrán dicho muchas veces que te pareces a .... Parece una frase recurrida en los bailes, pero esta vez era verdad, claro que no era la única verdad. El parecido era real, ella se parecía a la protagonista de una estupenda película musical, pero no era la única verdad. A él le parecía tan hermosa como la leyenda de su nombre, una leyenda que se esconde en los libros milenarios … 

Empieza el viaje a la única verdad.

Los viajes que empiezan bailando van unidos a unas copas de lo que sea, a unos noes  a unas peticiones precipitadas. El viajero reclamó a la mañana siguiente tres síes a tres noes. Ella le contestó que a la deuda había que añadir una copa … El viajero aceptó pero con una condición, que la copa fuese de unicornio, de las que todo lo curan … pero … no era la única verdad.

Dejaron de verse y el viajero se reencontró con el latín. Los niños de antes recitaban en latín en uno de aquellos colegios de otros tiempos … En una de las visitas a la arquitectura de las iglesias se topó de sorpresa con una celebración con el rito en latín … Se quedó a escucharlo, a intentar comprender scuto circumdabit te verit (como un escudo te cercará su verdad). Angelis suis Deus man davit de te, ut custodiant te in omnibus viis tuis. In manibus portabunt te, ne umquam offendas ad lapidem pedem tuum (Dios mandó  a sus ángeles para que te guarden en todos tus caminos. Te llevarán en sus manos, no sea que tu pie tropiece con alguna piedra). En su cabeza todos los recuerdos de un patio de colegio: niño … vivir una vida … una vida útil, una vida que merezca ser recordada, no hacer daño, no mentir …

Luego ella le mandó uno de esos mensajes que no dicen nada, pero el viajero se recrea en las palabras, acordarse: accordare, a (cerca) y cordis (corazón), pensare, que viene de pendere: equilibrar en una balanza dos ... Un viaje del latín a los bailes latinos.

Después lo de siempre, los conciertos, los museos, los viajes por hacer, los viajes a los museos, al ballet ... Empezaron por un concierto de … en una de esas citas que se le pasan por alto al viajero. De pronto ella apareció en el concierto y gracias a un amigo que debía un favor se hizo con dos butacas en una sala repleta, cosas de viajeros muy viajados.

Después del concierto pasaron de nuevo del latín a lo latino, pasando por el champagne. Ella decía que tenía una relación con los espumosos que no entendía de horas. Bailaron hasta que llegó el hambre o a lo mejor hasta que se acabó la botella y tuvieron que comprar algo para no desfallecer o para seguir bebiendo, a saber. Después de comer vieron una película, un musical en el que la protagonista era una mujer muy parecida a ella ... muy parecida a ella … muy parecida a ella … iban a volver a bailar, iban a ir a un museo a la hora del viajero … pero de repente el viajero … muy parecida a ella … comprendió la única verdad, … muy parecida a ella …, a veces por la silueta, a veces por el pelo, a veces por los ojos, a veces, daba igual, sólo ... Se dio cuenta al coger el pelo … y lo soltó como si le quemase, como quema la única verdad … 
 
 


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