COCO CHANEL.

“Si sabes que la mayoría de los hombres son como niños, no necesitas saber nada más.”

Gabrielle Chanel, conocida mundialmente como Coco, nació en Saumur, Francia, el 19 de agosto de 1883 (aunque la cambió por 1893); murió en París el 10 de enero de 1971.

Quedó huérfana de madre a los siete años y nunca conoció a su padre. Fue hija ilegítima de un vendedor ambulante que abandonó a su familia. Al quedar huérfana de madre fue adoptada por sus tías que decidieron internarla en un colegio frío y de educación intransigente.

En aquella especie de internado u orfanato, aprendió a coser con las monjas.

A partir de los años cincuenta, se convirtió en una creadora de vanguardia que renovó la imagen femenina mediante la silueta más libre y natural. A partir de entonces, se ha mantenido como una maestra de la alta costura y como una revolucionaria de la moda del siglo XX. Se relacionó con el ambiente artístico parisino, Sert, Pablo Picasso, Cocteau, Colette, Stravinski, Diágulev.

LA ESCAPADA

Según distintas versiones, en torno a los dieciséis o diecisiete años abandonó el convento en el que vivía y trabajaba para convertirse en cantante de cabaret. Desde ese momento ya sería Coco.

En Moulins, Coco intentó hacer una carrera como cantante de cabaret, entre 1905 y 1908, y pronto su nombre se hizo conocido entre los asiduos asistentes a las presentaciones nocturnas de bodeville. Pero esos tiempos no fueron del todo felices y Coco comenzó a decir que en realidad ese fue el nombre con el que su papá la llamaba, y que en francés quiere decir “mi pequeña”.

A los dieciséis años, Gabrielle se escapó con un hombre llamado Etienne Balsan, famoso por apostar en los hipódromos. Justamente fue en ese ambiente donde la joven comenzó a distinguirse; en el hipódromo de Deauville se la llamaba “la muchacha de los vestidos elegantes y asombrosos sombreros”.

Vivían juntos en un apartamento de estudiantes en París. De la mano de su amante, Etienne Balsan, Coco dejó de lado sus actuaciones y empezó con su primer taller de costura.

El negocio de Coco comenzó a crecer rápidamente y no tardó en abrir un taller en la Rue Cambon, que Coco bautizó con el nombre de “Modas Chanel”.

En 1912 conoció al inglés Arthur “Boy” Capel. Un año más tarde, Arthur Capel financió la tienda de sombreros con la cual se inició en el mundo de la moda, porque “estaba cansada de vivir ociosa y no hacer nada”.

Durante la Primera Guerra Mundial, Coco sirvió brevemente como enfermera y el negocio de la moda tuvo que paralizarse. Coco pasó unos años difíciles.

Terminada la guerra, Capel ayudó a Coco reabrir su negocio de la calle Cambon.

Capel murió en un accidente de automóvil en 1919. Su muerte afectó profundamente a Coco, quien desde entonces nunca volvió a tener una pareja permanente.

Para 1916 ya había puesto una tienda en París, muy cerca de la Opera. Rápidamente puso de moda la ropa de punto y los jerséis, nunca antes usados como ropa “elegante”. Su innovación la extendió al uso de colores “prohibidos”. Así, el negro (utilizado sólo para el luto y la viudez), en manos de Coco se transformó en un color vivo.

En 1920, de vacaciones en la Riviera, Coco conoció al Gran duque de Rusia, Dimitry Pavlovich Romanov.

El noble estaba exiliado en Persia por estar implicado en el asesinato de Grigory Rasputín, pero eventualmente se hallaba en Europa, sin dinero y con pocas esperanzas en el futuro. Esa situación no fue obstáculo para que ambos se convirtieran en amantes durante un año.

EL NÚMERO 5.

Un día 5 de mayo, Dimitri presentó a Coco a un compatriota refugiado, el químico Ernest Beau, experto en perfumes, que en aquella época estaba experimentando nuevas fragancias.  Ernest ofreció a Coco una docena de pequeños frascos con nuevas fragancias y ella tomó el primero de ellos. Era el quinto día del quinto mes del año, Coco dijo “Este número hará que este perfume sea verdaderamente grande.”

Coco puso la esencia de este delicado perfume en una botellita de Arte Deco con el nombre Chanel Nº 5, modestamente impreso en el lado. Así comenzó la leyenda de aquel líquido dorado que desde entonces ha sido el perfume más conocido en el mundo.

En 1922, Gabrielle se inició en el negocio de perfumería y en 1924 se asoció con su nuevo amante Pierre Wertheimer, interesado en invertir en el ya conocido Chanel Nº 5. Pierre Wertheimer era el dueño del 70% del negocio, el químico el 20% y Coco el 10%. Abrió tiendas en París y Biarritz y para 1925 ya contaban con un equipo de 300 personas.

NO AL MATRIMONIO.

En 1925, cuando Coco tenía cuarenta y dos años, recibió propuesta de matrimonio del duque de Westminster, uno de los hombres más ricos y codiciados de Inglaterra. El hombre estaba perdidamente enamorado, pero ella no, y con tajante elegancia lo rechazó.

Como la gente no se podía creer tal desprecio corrió el rumor de que, a pesar de la edad de Coco, el duque quería tener hijos con ella e hizo que se practicara un examen ginecológico, y el resultado fue un terrible golpe para la famosa pareja, Coco Chanel no podía tener hijos y en consecuencia el matrimonio con el duque no podía realizarse. La verdad es que ser duque de Westminster en 1925 y que una diseñadora de modas te rechace en matrimonio tiene que doler.

LOS AMANTES.

Su vida estuvo llena de avatares, amantes y desencuentros.

Chanel fue la amante de todo un duque de Westminster, de todo un primo del zar, de todo un comandante en jefe de la Gestapo en París (durante la ocupación) y del mismísimo Stravinski con quien hubiese deseado casarse. Atraía con su magnetismo especial a Misia Sert, a Cocteau, a Balenciaga o Morand. Y cuando el magnetismo no era suficiente, ponía un millón de francos de los de entonces y le financiaba al mismísimo Diaghilev el estreno de su nuevo ballet con figurines de Picasso y saltos de Nijinsky incluidos.

Uno de los escándalos más sonados de su vida fue su romance con un oficial nazi, hecho que llevó a Coco al exilio en Suiza durante la II Guerra Mundial. En 1940, Coco Chanel conoció al agregado Militar y agente de inteligencia de la Embajada alemana Hans Gunther, Barón von Dincklage. Pronto el militar, quince años más joven que ella, cayó rendido en los brazos de la famosa diseñadora de modas.

ACABAR CON LA GUERRA

Gracias a la relación con el Duque de Westminster conoció a Winston Churchill y muchas otras personalidades inglesas. Coco ideó un plan que la haría no sólo más famosa, sino una suerte de “salvadora del mundo”. Aprovechando la posición de su amante alemán, le pidió que la pusiera en contacto con Walter Schelenberg para concertar una entrevista entre Churchill y el Jefe de la Inteligencia alemana.

El plan fue llamado “Bonnet” y creía ella que gracias a sus amistades de alcoba, podría tener éxito una mediación para lograr la paz, pero el plan no prosperó.

Al terminar la guerra, Coco Chanel fue expulsada de Francia y tuvo que vivir refugiada en Suiza. En 1954, la guerra había quedado atrás y Coco Chanel hizo un triunfal regreso brillando en las fiestas de la alta sociedad, codeándose con conocidas celebridades de la época como Marlene Dietrich, Edith Piaf y otras superestrellas de aquellos tiempos.

Por aquel entonces, Coco presentó al mundo una de sus colecciones más esperadas, en la que lanzó su famoso traje de chaqueta Chanel. Pocos años después cualquier mujer de relevancia social tenía uno de esos diseños en su armario.

SU VISIÓN DE LA MODA

Chanel terminó siendo una mujer muy conservadora..., pero empezó siendo una gran revolucionaria y ahí situaría su segunda ventaja. Chanel observó que los diseñadores de su primera época (1910-1939) disfrazaban a las mujeres, y ella descubrió enseguida, junto a Patou, que las nuevas mujeres no querían disfrazarse, sino vestirse. La famosa frase de Coco “la moda ha de dejar de ser travestismo de salón, y bajar a la calle”, la convirtió de golpe en diseñadora, en genio, en famosa y en multimillonaria.

El empleo de las prendas de punto (antes reservadas para la ropa interior de hombre), la mezcla de las joyas buenas y malas, la eliminación del corsé y su sustitución por una vida sana y deportiva, el uso de pieles naturales hacia adentro en gabardinas y abrigos eliminando el lujo ostentoso, son algunas de las genialidades que ella, antes que nadie, firmó con el resplandor que daba la alta costura.

Su visión la llevó a destacarse en la vanguardia. Fue la primera mujer en cortarse el pelo al modo masculino, y acortar las faldas para mostrar los encantos de la pierna femenina. Puso de moda el pantalón como prenda elegante y de vestir, cuando entonces era indumentaria reservada para las amazonas.

También son de ella los vestidos rectos con collares largos. Fue la primera en imponer las joyas de fantasía, que en aquellos días eran impensables, pues todos los accesorios eran auténticos y originales. El uso del sombrero de paja, que portó durante toda su vida, fue otro de sus “atrevimientos”.

Creó clásicos de la moda. Por mencionar algunas de sus aportaciones, el Chanel “suit”, el vestido negro (“little black dress”), el suéter con cuello de tortuga, los sacos, las gabardinas y las chaquetas (“french coat”) que antes eran sólo para hombres.

Es de admirar que en una sociedad como la de París, en donde se veía a las mujeres de la aristocracia lucir sus finísimas joyas, Coco Chanel revolucionara la moda con una increíble colección de joyería de fantasía.

Las famosas tiras de perlas alrededor del cuello, los cintos de cadena, los aretes y las pulseras de aleaciones de distintos metales que sustituyeron al oro, siguen adornando a las mujeres de hoy.

SU CLIENTELA.

Entre sus clientes habituales estaban celebridades de los cincuenta como Brigitte Bardot, Marlene Dietrich, Katherine Hepburn, Jackie Kennedy, Elizabeth Taylor, Grace Nelly y Marilyn Monroe, a quien debe la duplicación de la venta de sus colecciones después de que ésta se atrevió a decir que para dormir sólo se ponía unas gotas de Chanel No. 5.

SUS FRASES.

“El lujo es una necesidad que empieza cuando acaba la necesidad”.

“Se triunfa con lo que se aprende.”

“Las mujeres necesitamos la belleza para que los hombres nos amen, y la estupidez para que nosotras amemos a los hombres.”

“El perfume anuncia la llegada de una mujer y alegra su marcha.”

“Todo lo que es moda pasa de moda.”

“El buen gusto estropea ciertos valores espirituales auténticos, como el propio gusto.”

“La moda reivindica el derecho individual de valorizar lo efímero.”

“La moda se pasa de moda, el estilo jamás.”

“Si sabes que la mayoría de los hombres son como niños, no necesitas saber nada más.”

Coco murió el 10 de enero de 1971, estaba trabajando en su suite privada del Hotel Ritz de París. Tenía ochenta y ocho años y sólo tuvo una dama de compañía a su lado.

En cumplimiento de sus deseos, Coco Chanel fue enterrada en Lausanne, Suiza.

Murió dejando atrás una vida intensa y una leyenda, en parte falsa, en parte cierta, que aún hoy, tras su muerte, sigue viva.

El mundo perdió a una de las grandes, pero su estilo y enseñanzas forman parte del inconsciente colectivo. En Estados Unidos, en 1979, se estrenó una obra de teatro basada en su vida y protagonizada por Catherine Hepburn.