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HISTORIA - ARTE / Curiosidades históricas.

UNA AUSTRIACA Y UN VIUDO.

María Cristina y Alfonso XII. "Cásate por amor". 


María Cristina de Habsburgo-Lorena
por Juan Aldaz y Sancho

EL RECUERDO. LA PRIMERA MUJER.

Alfonso XII se casó dos veces, primero, en enero de 1878, con su prima María de las Mercedes de Orleans, hija de los duques de Montpensier, muriendo ésta de tifus a los pocos meses, y después con María Cristina de Habsburgo-Lorena.

De la pasión y del desconsuelo de Alfonso XII por su primera esposa se ha dicho casi todo. Quizás es la historia real más romántica.

El joven rey se casó a pesar de la oposición de su madre, Isabel II, a causa del enfrentamiento que mantuvo con el Duque de Montpensier (padre de María de las Mercedes) y de la preferencia del gobierno por un matrimonio con alguna princesa europea (una de las candidatas deseadas fue la princesa Beatriz del Reino Unido, hija de la reina Victoria). Sin embargo, se impusieron los deseos del rey Alfonso y Mercedes, celebrándose su boda el 23 de enero de 1878.

A los cinco meses, falleció la reina María de las Mercedes a causa del tifus.

Alfonso XII cayó en una profunda depresión de la que nunca se recuperó.

MARÍA CRISTINA.

Inmediatamente empezaron a buscarle una sustituta, y el 29 de noviembre de 1879, contrajo matrimonio con María Cristina de Habsburgo-Lorena (1858 – 1929), archiduquesa de Austria y princesa de Hungría y Bohemia, sobrina de los emperadores de Austria y de México, Francisco José y Maximiliano I.

En 1876, la joven Crista, como era llamada familiarmente, celebró su puesta de largo en Viena, concediendo el primer baile a su primo, el emperador austriaco Francisco José.

Al poco tiempo, en 1879, Augusto Conte, embajador español en Viena, propuso a María Cristina como candidata para ser la nueva esposa del monarca español.

Como los austriacos no dan puntada sin hilo, la joven María Cristina sorprendió a todos  exigiendo un encuentro privado con Alfonso para saber personalmente que no se equivocaría en su respuesta.  Esta costumbre la heredaría su hijo Alfonso XIII, que al tener que elegir esposa, se encontró con una mesa repleta de fotos de princesas y dijo “yo no me caso con una foto, quiero conocerlas.”

La cita tuvo lugar ese mismo verano en Bellegarde (Francia). María Cristina quedó satisfecha y en septiembre, el duque de Bailén, en comisión especial, pedía al emperador austriaco, en el palacio de Schönbrunn,  la mano de María Cristina.

Alfonso no era el joven enamorado de Mercedes y se prodigó, al poco tiempo de contraer su segundo matrimonio, en aventuras con mujeres de diversa condición.

El rey salía de palacio todas las noches. Los romances del rey eran tan notorios que los madrileños apodaron a la reina como “Doña Virtudes”.

Además eran dos temperamentos opuestos, él muy extrovertido y ella tímida y reservada.

En 1880 nació la primogénita real, cuyo nombre, “María de las Mercedes”, fue elegido expresamente por la reina como muestra de respeto a la primera esposa de su marido. La niña murió al poco tiempo. Dos años más tarde nacería la infanta María Teresa, que también falleció de niña.

Alfonso XII, enfermo de tuberculosis desde hacía tiempo, fallece en 1885, estando María Cristina embarazada de tres meses de un hijo, que nacería póstumo, y tuvo que asumir la regencia. Meses más tarde, nació el futuro Alfonso XIII.

Era el 25 de noviembre de 1885. Aquella misma mañana había recibido al Conde de Solms, embajador de Alemania, con quien despachó asuntos de Estado.

Alfonso XII murió en su dormitorio del Real Palacio del Pardo acompañado de María Cristina que, sin más ayuda que la del primer médico de cámara, quiso encargarse de lavar y preparar el cadáver que, de nuevo, fue colocado en la cama de hierro dorado en la que murió.

Dos días después se instaló la capilla ardiente en el Salón de Columnas. Entre las manos sostenía un crucifijo de plata y, rodeado de un mechón de cabellos, el retrato por él preferido de María Cristina, que la misma reina colocó sobre el cadáver.

Al día siguiente, 28 de noviembre, Alfonso XII habría cumplido veintiocho años.

El día 30 llevaron el féretro a la Estación del Norte, desde donde fue transportado en tren al Escorial. Sonaron 21 cañonazos, y desde el Palacio Real, mirando a la estación de trenes, una reina viuda, cogida de la mano de sus hijas, se mantuvo asomada hasta que el tren desapareció.

Años después, en 1902, el hijo póstumo, Alfonso XIII, alcanzó la mayoría de edad, y fue proclamado rey de España.

Desde ese momento, María Cristina descansó y se dedicó a las obras de caridad y a su vida familiar y, a partir de 1906, al contraer matrimonio su hijo Alfonso con Victoria, Eugenia de Battenberg utilizó el título de “Reina Madre”.  Vio morir  a su marido y a sus dos hijos. Su vida hizo bueno su apodo madrileño “Doña Virtudes”.

A su hijo Alfonso XIII siempre le dijo “cásate por amor”. El rey cumplió los deseos de su madre.
 

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