UN HOMBRE SOLO.

El 26 de noviembre de 1504 había muerto la reina Isabel y Fernando el Católico (V en Castilla) quedó como regente de la reina Juana, aquejada de ataques de demencia (el primogénito y primer heredero de los Reyes Católicos, el príncipe Juan, había fallecido aún adolescente).

La nobleza castellana, enemiga del rey, le arrebató la regencia en favor de su yerno Felipe el Hermoso. Fernando el Católico, tras firmar en 1506 el tratado de Villafáfila, se retiró a sus reinos patrimoniales.

La nobleza castellana apoyó incondicionalmente a Felipe como rey, quien también recibe ayuda de Luis XII de Francia y del Imperio.

LA RESPUESTA POLÍTICA A LOS ENEMIGOS, UNA BODA Y UN HEREDERO.

El rey Fernando dio muestras de su inteligencia política y firmó con el rey francés la paz de Blois (1505), por la que Luis renunciaba a sus derechos sobre Nápoles y Fernando contraía matrimonio con la sobrina del monarca francés, Germana de Foix.

El matrimonio se celebró en Valladolid el 18 de marzo de 1506 y a los pocos meses Fernando abandonó Castilla rumbo a sus posesiones de Aragón, evitando cualquier problema con su hija Juana y Felipe.

UNA REINA ALGO “COXA”.

El rey para contrarrestar las intrigas de Felipe, tanto en España como en Francia, contrajo matrimonio con Germana de Foix, sobrina de Luís XII de Francia, joven, poco agraciada y “algo coxa”, pero era divertida, coqueta y dada a las fiestas y banquetes que harían de ella una mujer extremadamente gorda en su madurez.

LA OBSESIÓN POR UN SEGUNDO HIJO.

Quería un heredero para la Corona de Aragón y del matrimonio nació, en mayo de 1509, el príncipe Juan de Aragón, aunque no sobrevivió más que unas horas.

Este hijo hubiese sido el heredero de Fernando y la unión de Castilla y Aragón no habría prosperado.

Fernando deseaba un heredero, y el fallecimiento de su hijo le obligó a tomar medidas.

Para combatir la impotencia, el matrimonio recurrió a los afrodisíacos. Su receta comprendía una porción de testículos de toro, pero esta combinación le causó la muerte.

Esto sucedió el 23 de enero de 1516, de camino a Guadalupe. Fernando dejó como heredero único a su nieto Carlos (futuro Carlos I de España).

LA REINA SE VOLVIÓ A CASAR DOS VECES.

Germana de Foix nacida hacia 1488, era hija de Juan de Foix, vizconde de Narbona, y de María de Orleans, hermana del rey francés Luis XII.

De sus varios matrimonios, el primero fue con Fernando el Católico. A la muerte de Fernando se volvió a casar dos veces, pero Germana de Foix no tuvo hijos.

En 1509, la concordia de Blois estableció la renuncia de Francia sobre el reino de Nápoles, a cambio de lo cual el rey Católico se comprometió a nombrar heredero al posible hijo del matrimonio. Rigió los destinos de Aragón como lugarteniente del reino durantes las ausencias de su esposo, participando en las Cortes.

Enviudó en 1516, trasladándose a Castilla. Tres años más tarde casó con el marqués de Brandemburgo, siendo en 1523 nombrada virreina y lugarteniente general de Valencia. Durante su mandato impulsó una feroz persecución contra los agermanados, cuyos bienes fueron confiscados, y emprendió un proceso de refeudalización.

En 1526, tras quedar viuda un año antes, casó con Fernando de Aragón, duque de Calabria. Carlos I nombró al matrimonio virreyes y lugartenientes generales de Valencia, desde donde ejercieron un gobierno autoritario y represor. Hubieron de hacer frente al bandolerismo y las luchas internas, a la piratería ejercida desde el norte de África, al endeudamiento de los nobles y a la rebelión de los moriscos. A su muerte en 1537, fue enterrada, como dejó dicho, en el Monasterio de San Miguel de los Reyes, en Valencia.

EL NIETO Y LA ABUELASTRA

A su llegada a España en 1517, el joven Carlos, de diecisiete años, conoció a su abuelastra, Germana de Foix, que contaba veintinueve. Ambos sostuvieron relaciones amorosas de las que nació una hija, Isabel de Castilla. Aquella relación incestuosa, desvelada cinco siglos después, fue el secreto mejor guardado del imperio.

Isabel fue inmediatamente “remitida” a un convento, dado que tenía opción a reclamar el trono, pues era hija de reina, nieta de rey e hija de rey (en España) y sobrina-nieta de rey (en Francia), algo no muy apropiado para la época, la política y la inquisición. La niña-monja falleció, nadie sabe de qué, poco después de subir al trono Carlos.