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Muchas historias para decirte
que yo te quiero más.
> Un hombre sólo es realmente un hombre cuando lo da todo por una mujer.
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¿POR QUÉ VIVEN MÁS LOS QUE NO VIVEN SOLOS? Vivir en pareja ayuda a mantener un buen estado de salud y, además, alarga la vida. Una investigación publicada en 'British Medical of Journal' ha descubierto que compartir el día a día bajo el mismo techo podría tener un efecto protector contra el deterioro cognitivo en edades avanzadas. Según un equipo de investigadores de Finlandia y Suecia, los individuos de mediana edad que viven solos tienen doble riesgo de desarrollar demencia y Alzheimer que aquellos que viven con su pareja. Y las cifras son peores cuando se trata de una persona viuda o divorciada, ya que las probabilidades se triplican. Si analizáramos las demencias, la gran mayoría se producen por depresión. La soledad va unida a la depresión y si este trastorno psíquico se deja cronificar, puede derivar en lo que conocemos como seudodemencia. Numerosos estudios han analizado la relación que existe entre el estilo de vida y el deterioro cognitivo. Así, por ejemplo, la educación, el entrenamiento físico, la actividad intelectual o una alta posición en el escalafón laboral influyen en el estado cognitivo del individuo en edades avanzadas. Varias publicaciones destacan también el papel de una vida social activa, que se asocia al bajo riesgo de desarrollar demencia años después. Esta es la primera vez que una investigación relaciona el 'estado civil' (casados -que viven en pareja-, separados o divorciados, solteros y viudos) de un individuo con sus probabilidades de padecer deterioro cognitivo. "Después de evaluarlo, y teniendo en cuenta otras variables como la edad, la actividad física, el tabaco, el alcohol o la educación, observamos que los resultados no variaron significativamente. Es decir, el 'estado civil' a los 50 podría considerarse como un factor de riesgo independiente para sufrir demencia". Para llegar a esta conclusión, Krister Hakansson y su equipo entrevistaron a unas 2.000 personas en Finlandia de unos 50 años de edad y dos décadas después, les pasaron de nuevo el cuestionario sobre hábitos saludables, estado de salud y señales de depresión. Se registraron otras variables tales como el peso, la presión arterial y el índice de masa corporal. "También observamos que aquellos individuos con el gen ApoE4 que se quedaban sin sus parejas tenían un alto riesgo de desarrollar Alzheimer", puntualizan los responsables del estudio. Los factores genéticos continúan estudiándose con el objetivo de encontrar una vía terapéutica capaz de tratar esta patología. Por el momento, sólo pueden indicarse fármacos que ralentizan el proceso de deterioro cognitivo y mantener un estilo de vida saludable. "Desde hace algunos años sabemos que actividades sociales que antes considerábamos lúdicas, como bailes de salón o juego de cartas, retrasan la aparición de la sintomatología. Está comprobado que aquellas personas que mantienen una buena red social viven más y enferman menos", explica Juan Ignacio González Montalvo, jefe del servicio de Geriatría del Hospital madrileño La Paz. Aunque aún son necesarios
más estudios para corroborar los resultados de esta investigación,
"lo interesante de nuestro trabajo es que identificamos un nuevo grupo
de riesgo. Con ellos se podrían plantear intervenciones para prevenir
el desarrollo futuro de una demencia", concluyen los autores del estudio.
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