EL AMOR A LA VERDAD.

Grisha Perelman. La conjetura de Poincaré, uno de los siete problemas del milenio.

Grisha (Grigori) Perelman es un genio ruso que ya en 1996 rechazó el premio de la Sociedad Matemática Europea para jóvenes matemáticos, en 2002 resolvió la conjetura de Poincaré, en 2005 renunció a su puesto en el Instituto Steklov y en agosto de 2006 rechazó el Fields, lo más parecido al Nobel de las Matemáticas. Después de esto se hizo famoso porque rechazó el millón de dólares de recompensa que le otorgó el Instituto Clay de Matemáticas (Massachusetts) por haber resuelto la conjetura de Poincaré y se negó a recibirlo a pesar de vivir con su madre en la pobreza en Kúpchino, un barrio en el sur de San Petersburgo.

La conjetura de Poincaré consiste en la relación matemática entre un mundo de tres dimensiones y un mundo de cuatro dimensiones en el que la esfera no se puede imaginar, pero sí analizar matemáticamente. A los cien años de plantearse esta conjetura, Grisha Perelman logró demostrarla, convirtiéndola en un teorema.

El asunto tiene relación con la teoría de la relatividad de Einstein y la comprensión del universo en base a la relación espacio - tiempo en cuatro dimensiones. 

Grisha es feliz tocando el violín y en la ópera, que prefiere verla cuando puede en el gallinero del Teatro Mariínski. 

Según los sicólogos, le irrita que otros juzguen su trabajo y es tan autoexigente que no se considera merecedor de premios. Moralmente sigue a Alexándrov, con lo que se impone  decir siempre la verdad y solo la verdad. Y dicen sus amigos que ese amor a la verdad no le permite recibir premios.