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HISTORIA - ARTE / Curiosidades históricas.

AVA GARDNER, FRANK SINATRA Y ALGUNOS TOREROS.

¿Por qué no te conocí antes que Mickey?. Ahora estarías casada conmigo. 

Ava Gardner era la mujer más bella del mundo y estaba en el mejor momento de su carrera. Ernest Hemingway se refirió a  Ava como "el animal más hermoso del mundo." Louis B. Mayer de la Metro Goldwyn Mayer dijo: “No sabe hablar, no sabe actuar, pero es impresionante." Tenía detrás dos matrimonios que no pasaron del año y a uno de los hombre más ricos del mundo, Howard Hughes (se cuenta la historia en la película el aviador) que no dejaba de proponerle matrimonio y hacerle regalos. 

Entonces se enamora de un hombre casado y con tres hijos. Era Frank Sinatra, que estaba en el momento más bajo de su carrera.

Los celos sentimentales y profesionales hacen el resto, pero el matrimonio resiste seis años. Aparentemente, Sinatra no podía soportar la fama de su pareja y Ava declaró que se volvió “celoso, amargado, mordaz y primitivo”.

Así que se fue a España a conocer toreros y mientras tanto, Sinatra seguía enviando flores y así lo hizo hasta el día en que Ava murió. Ella era entonces una señora de sesenta años que no dejaba de escuchar los discos de Frank, el gran amor de su vida.

Tras el divorcio con Frank en julio de 1957, Ava sabía que nunca más se volvería a casar y dio el no a muchos pretendientes, entre ellos dos toreros españoles. A Dominguín en Nueva York, cuando fue a pedírselo.

AVA Y SINATRA.

Sinatra conoció a Ava en 1942 cuando todavía estaba casada con Mickey Rooney. Ava no era todavía conocida y él estaba en lo más alto. Un día el matrimonio fue al Mocambo Club a escuchar a Sinatra. Sinatra se quedó mirándola a los ojos,  cruzó entre el público mientras cantaba y al acercarse a la mesa de la pareja dijo a Ava: ¿Por qué no te conocí antes que Mickey?. Ahora estarías casada conmigo. Mickey siempre estaba de broma y era el actor gracioso de la época, así que encajó la broma porque él solía gastarlas con frecuencia. También le gustaba dejar sola a Ava para irse a bromear con sus amigos y pregonar que Ava tenía un apetito sexual insaciable. Un día cuando volvió Ava ya no estaba.

En 1945, a los dos años de su divorcio con Mickey se casó con el director de orquesta Artie Shaw, pero de nuevo se divorció al año.

Al terminar la segunda guerra mundial, Sinatra tenía un apartamento de soltero en las Sunset Towers, y daba justo enfrente del apartamento de Ava, así que cuando daba una fiesta salía al balcón y llamaba a Ava a gritos para que se uniese.

Curiosamente estos gritos a la fiesta hicieron más que sus baladas. Pero ella se resiste, salen a cenar y ella sólo quiere cenar. Le recuerda que todavía es un hombre casado.

Así que se dejan de ver hasta que coinciden en 1949 en una fiesta en Palm Springs. Ava se autoconvence de que aunque era un hombre casado con tres hijos había leído en la prensa que se iba a divorciar de su esposa Nancy.

Pero es en este momento cuando Sinatra tiene problemas de voz. Deja durante años el nº 1 de las listas de éxitos y se tiene que conformar con series de televisión. Al mismo tiempo ella se alcanza la cima de su carrera.

Años después, en la autobiografía que Ava escribió en 1990, "Ava: My Story", confiesa que “Frank Sinatra podía ser el hombre más dulce y adorable del mundo cuando estaba de humor”.

El matrimonio no llega y otra belleza, Lana Turner, advierte a Ava que Frank no se divorciará de Nancy y que la entretiene con retrasos al igual que hizo con ella años atrás.

Ava cuenta en su autobiografía: “Realmente apreciaba a Lana. Era una chica agradable que no guardaba nada de malicia contra Frank o contra mí. Ella solo pensaba que yo debía saberlo. Le dije amablemente que Frank y yo nos amábamos y que llegado el momento dejaría a Nancy”. 

Luego reaparece el millonario Howard Hughes, para advertirla de que Sinatra es un devora-mujeres. 

Pero la prensa se hace demasiado eco de la relación entre Sinatra y Ava y la esposa ya no resiste más, así que se separa de Sinatra el día de San Valentín de 1950. Alguno de sus amigos “los ratas” siempre se lo recordaba cuando cantaba su “Sant Valentine Day”.

Un año después, el 7 de noviembre de 1951 se casarían. Ella recibió miles de cartas acusándola de robamaridos, pero su carrera siguió adelante con éxito.

Por si fuese poco, las fans católicas de Frank dejan de comprar sus discos por culpa del divorcio, así que le rechazan en la MGM o en Capitol Records. Sinatra se encuentra en bancarrota y tiene que pedir prestado a Ava para poder comprar a sus hijos los regalos de navidad. Esta humillación se le hizo insoportable. Sinatra era un orgulloso hombre italiano.

Por si fuese poco, la mayoría de los fans de Ava Gardner pensaban que su marido, Frank Sinatra, era muy poquita cosa para ella y por ello la prensa recogió en un titular su reacción a la pregunta de un fan: "Eh, Ava, ¿qué ves en ese tipo? Apenas pesa 50 kilos". Ava contestó literalmente “47 kilos son de pene”.

Todo cambió para Sinatra cuando en el peor momento de su carrera le dan el papel de Maggio en la película “De aquí a la eternidad”. Con el óscar al mejor actor secundario vuelve al éxito. Este papel ya estaba contratado con otro actor pero el director es presionado para que opte por Sinatra. Los rumores sobre este convencimiento sirvieron de inspiración en la película “el Padrino”, en la que la mafia obliga a un director de cine a contratar a un cantante italiano.

AVA GARDNER EN ESPAÑA.

Llevaba tres años casada con Fran Sinatra pero ninguno de los dos tomaba la decisión de divorciarse, así que decide poner el Atlántico y unos cuantos toreros entre ambos para dar el paso definitivo y divorciarse.

Así que en 1954 Ava Gardner se vino a vivir a Madrid, primero en La Moraleja y luego a medio camino entre el Hilton y su casa en la Avenida del Doctor Arce. 

Se había apasionado con el toreo y el flamenco durante los rodajes de varias películas en España, pero sobre todo a las juergas nocturnas. Dejó un sinfín de anécdotas, como cuando un día con una gran borrachera se orinó en las alfombras del Ritz o cuando pidió a una guardia civil, todo serio y con su tricornio, que bailase con ella y el hombre se negó porque estaba de servicio.

Luego están los romances con los toreros Luis Miguel Dominguín y Mario Cabré, pero lo que más llama la atención fue el viaje de Frank Sinatra a Barcelona para separar a su esposa del torero Mario Cabré del que ya había recibido un montón de promesas y un anillo de bodas. Entonces Sinatra la abofeteó y ella le besó llorando. Ava utilizó a Mario Cabré para encelar a su esposo y obligarle a reaccionar. Cabré se quedó en Tossa del Mar y siguió escribiendo poemas a Ava.

No fue el único tortazo de su historia, hubo otro anterior pero Ava supo reaccionar mejor. El millonario Howard Hughes la dio una bofetada muy famosa una noche por aceptar una invitación de su primer marido. Hughes, avergonzado, compró cajas llenas de joyas en Tiffanys y se las envió. Ava no se molestó en abrirlas y se las devolvió todas.

Luego vino Luis Miguel Dominguín que llegó a pedirle matrimonio en Nueva York. Contaba Dominguín que Ava "fue una mujer incomprendida, a la que quise muchísimo". 

La amistad con Dominguín sobrepasó a su matrimonio con Lucía Bose. De hecho, un día se presento acompañada de un grupo de gitanos en la casa del matrimonio Dominguín y subió a una mesa donde estuvo bailando hasta que perder la falda.

Pero la relación con Sinatra era imposible y el inevitable divorcio se firmó en 1957 cuando ya llevaban varios años distanciados.

Decía Ava:"Nunca fui uno de aquellos bebedores silenciosos, que beben día y noche sin parar. Me encantaban las fiestas y trasnochar. Cuando bebía, era sólo por el efecto. Con todas las copas que he tomado, no recuerdo haber disfrutado de ninguna. El único motivo por el que bebía era para superar mi timidez, también sobre el amor dicen que todo lo cura y no es cierto. Si quieres que el matrimonio funcione, necesitas tener algo más en común. Me casé con tres hombres atractivos, de mucho talento, que sabían fascinar a las damas. Supongo que ellos podrían decir lo mismo de mí. Pero teniendo en cuenta que entre mis tres maridos han reunido una colección de veinte esposas, no creo todo fuera culpa mía, todo lo que saqué de mis matrimonios fueron mis dos años de psicoanálisis pagados por Artie Shaw". 

DE ESPAÑA A LONDRES.

Cuando se cansó de España se buscó algo más tranquilo y se instaló en Londres, en Ennismore Gardens. Pero la tranquilidad duró poco. Un día recibió la visita de Elizabeth Taylor y Richard Burton, que volvían del teatro y ya se quedaron a vivir con ella una temporada. Por entonces tenían unas peleas brutales, hasta el punto de que Ava tuvo que interceder para que no fueran denunciados a la policía. Ava recordó durante mucho tiempo los días que el matrimonio vivió en su casa y los daños que le causaron, pues poseía una magnífica colección de arte regalada por Howard Hughes. Para empezar, la primera noche, la del teatro, le rompieron a la actriz una colección de porcelana china que tenía expuesta en una vitrina, y uno de los valiosos cuadros del salón que Burton se encargó de rasgar.

Lo curioso es que Elizabeth Taylor aceptase instalarse en casa de Ava porque sentía celos de ella. Parece ser que cuando rodó con Richard Burton “La noche de la iguana”, salían de borrachera todas las noches en Puerto Vallarta. 

Ava se autodefinió perfectamente en su autobiografía: "Ahora vivo mi vida según mis propios criterios. Yo jamás me he sujetado a ninguna clase de horario y no voy a empezar ahora. Realmente soy una persona muy poco complicada. Me gusta vivir sencillamente y fuera de la vista del público. Disfruto enormemente de mi intimidad. Ya no soy la Play-girl que solía ser. Y aunque sí que echo de menos el calor humano que representaría tener un hombre en mi vida, con esa excepción prefiero estar sola. Sin embargo tengo muchos amigos en Londres, lo que los ingleses llaman chums. Amigos realmente buenos, así que no me siento sola. Cenamos en nuestras respectivas casas o, si salimos, es a lugares donde no nos molestarán. Gracias a Dios, aquí no soy una figura pública. Si no me queda más remedio, como me sucedió un día, que envolverme en una bata con el pelo hecho una calamidad, y salir corriendo a casa de un amigo a bañarme  él tenía agua caliente y yo no, la gente hace ver que no se ha fijado en mi. Dios bendiga a los ingleses. Incluso una vez recibí una carta dirigida sencillamente a "Ava Gardner, Hyde Park, Londres". Un tipo de la oficina de Correos había escrito en el sobre...¿Qué banco?....Tengo un hermoso apartamento decorado al estilo oriental, con enormes biombos, altos jarrones y grandiosas cómodas, pero me aseguré de colocar sillones confortables a ambos lados de la chimenea y allí puedo estar sentada en tejanos y una camisa, leyendo, escuchando música o haciendo crucigramas. Y aunque no soy muy dada a los recuerdos, hay cientos de fotos de mi gente favorita por todas partes".

Dejó constancia en sus memorias de sus relaciones con actores famosos. "De todos los actores que trabajaron conmigo, con quien mejor me llevé fué con Errol Flynn, ambos coincidimos en "Fiesta", una buena película rodada en España y Paris sobre una obra de Papá (Ernest Hemingway). Adoraba a Errol, pero aunque habíamos salido juntos un par de veces cuando llegué por primera vez a Hollywood, nunca habíamos tenido ninguna relación física. Era el hombre mas hermoso que ví jamás, su cuerpo era perfecto y se encontraba tan a gusto en traje de baño, como sobre un caballo. Era divertido, galante y bien educado, con un gran sentido del humor. Cuando entraba en mi habitación, era como si se hubiese encendido la luz. Al ir haciéndose mayor, bebió demasiado y fué perseguido por varios escándalos  .... Pero yo solo veía en él su estilo...Estilo de verdad."

"Siempre he creído y mantengo que Greta Garbo, Katharine Hepburn y Lena Horne, con las tres mujeres mas hermosas del mundo. En una ocasión, cuando estaba casada con Frank, tuvimos a Greta como invitada en nuestro hogar de Palm Springs y no creo haber visto nada tan hermoso en mi vida, y eso a pesar de que llevaba unos shorts de hombre color caqui, holgados, que le llegaban a la rodilla y nada más. Aunque ya debía tener más de cuarenta años, sus senos y sus hombros eran esplendidos. En la cara no llevaba más que un toque de sombra de ojos azul, una pizca de carmín en los labios y tenía aquel cabello maravilloso que se mecía de un lado a otro cuando movía la cabeza. Estaba totalmente magnifica". 

"No hay que buscarle grandes explicaciones a una aventura amorosa. En aquellos tiempos yo estaba constantemente cerca de algunas de las figuras más apuestas y románticas del mundo, y no me impresionaron lo más mínimo. Y no es que no adorase a los hombres. Sí que les adoraba. Me gustaba su fuerza, su risa, su vulnerabilidad, !y me gustaban en la cama!. Pero yo era una mujer de un solo hombre. No quería toda una sarta de amantes. Tenía que gustarme muy endiabladamente un hombre para que le dejase interrumpir mi sueño. Pero como Howard Duff y no nos habíamos separado entonces, yo estaba libre Y Robert Taylor llenaba todos los requisitos para mi, lo mismo que yo para él. Entonces Bob estaba casado con Bárbara Stanwyck, pero el matrimonio hacía tiempo que se estaba tambaleando y pronto iba a acabar en divorcio. Para empezar, Robert no se había hecho estimar mucho por Bárbara cuando un fotógrafo le había sorprendido en la puerta de un burdel en Roma con una señorita que tenía todo el aspecto de ser una de las empleadas del local. Pobre Bob, nunca tuvo suerte. La historia apareció en la mayoría de los periódicos americanos y a Bárbara no le hizo ni pizca de gracia. Nuestra aventura duró tres meses, o tal vez cuatro. Fue un intervalo grande y mágico de mi vida. No herimos a nadie porque nadie lo sabía, solo un amigo íntimo de mi lado, y nadie del suyo. Nunca podré olvidar aquellos meses ocultos. Hice dos películas más con Robert Taylor, "Una vida por otra" y "Los caballeros del Rey Arturo", en el que interpretó a Sir Lancelot, pero ya no reanudamos nuestro romance. Y Bob a pesar de los esfuerzos, no lograba romper el molde impuesto por el cine del apuesto amante. El mundo debe recordarle así, y tengo que admitir que yo también, y nunca por esas habladurías sobre su hombría que ahora están saliendo de él y de muchos otros actores. Son en muchos casos chismorreos sin fundamento." 

Murió sola y enferma en Londres un 25 de Enero de 1990. Tenía sesenta y siete años y pidió que llevasen el cuerpo a casa, a la finca de los Gardner en Smithfield, Carolina del Norte.
 
 

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