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HISTORIA - ARTE / Curiosidades históricas.

BLASCO IBÁÑEZ Y ELENA ORTÚZAR. QUEMAR UN LIBRO EN LA PLAYA.

Una de sus novelas ofendió a su amante y ordenó que se quemase la edición entera la noche antes de su distribución. Poco después, también por ella, tras una ruptura de la pareja, escribió furioso “La voluntad de vivir”. La vida de Blasco Ibáñez tiene más de novela que sus propios libros.

Vicente Blasco Ibáñez nació en Valencia en 1867. En 1891 se casó con su prima, María Blasco del Cacho, con la que tuvo cuatro hijos. 

Aunque ha pasado a la historia por sus novelas probó casi todos los oficios, político, periodista, viajero infatigable y hasta cineasta. Por sus actividades políticas fue encarcelado en 1896 y condenado a trabajos forzados, luego exiliado a París. Pero en 1898 fue elegido diputado (en las listas del Partido Republicano) por Valencia por vez primera, cargo que repitió hasta seis veces, la última en 1907, antes de renunciar a su escaño y alejarse de la política activa.

En su etapa de editor tuvo que vender su casa de la plaza Horno de San Nicolás y trasladar a su familia a las dependencias del diario. El salón de la casa es la redacción y despacho de Blasco. "Será por poco tiempo. No tardaré en construir una casa frente al mar". Cumplió su palabra. Es la casa "La Malvarrosa", convertido en el museo Blasco Ibáñez.

LOS DUELOS.

Tuvo muchos duelos. Se batió con el director de “El Mercantil”, con un redactor de “La Correspondencia Militar” en Madrid, y resultó herido en una pierna. Tuvo duelos con un general conservador, con el gobernador de Valencia, con su antiguo amigo Rodrigo Soriano y el más célebre, con un teniente de la policía con fama de buen tirador. Tras el segundo disparo Blasco cayó en redondo. Acudieron los testigos y el médico, pero pronto comprobaron que la hebilla metálica del cinturón de Blasco había repelido la bala. El hecho provocó el fervor popular y un homenaje público al novelista en Madrid. 

VIAJERO.

Entre 1909 y 1914 participó en la colonización de Argentina y llegó incluso a fundar dos ciudades, Nueva Valencia y Cervantes. 

Coincidiendo con el inicio de primera Guerra Mundial, marchó a París para ejercer como corresponsal y recibió el encargo personal del Presidente Poincaré de escribir una novela sobre la primera guerra mundial, cuyo resultado fue “Los cuatro jinetes del Apocalipsis”, obra conocida internacionalmente y que fue llevada al cine. Tal fue el éxito de esta novela que en 1921 The Illustrated London News la calificaba como el libro más leído del mundo aparte de la Biblia. Convirtió a Blasco en un autor de fama mundial y le hizo rico aunque empezó mal porque vendió en 1916 a se traductora norteamericana, Charlotte Brewster Jordan, por 300 dólares los derechos de autor para editar la novela en los Estados Unidos. En los tres primeros meses de la primera edición, la novela se había convertido en un superventas en Estados Unidos, con unas ventas de 30.000 ejemplares al mes, alcnzando las veinte ediciones y 200.000 ejemplares. 

Tal fue el éxito que tuvo que viajar a los Estados Unidos para ser investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de George Washington.

La Metro Pictures Corporation (que pasaría a ser Metro-Goldwyn-Mayer apartir de 1.924) se hizo en 1.921 con los derechos para llevar al cine “Los cuatro jinetes del Apocalipsis” que fue planteada en términos de superproducción. Destacan las siguientes películas: Blood and Sand (Sangre y Arena, 1.922), The enemies of the woman (Los enemigos de la mujer, 1.923), Argentine Love. -guión de encargo-, en 1.924), Circe the Enchantress (Circo de la encantadora, 1.925 -también guión de encargo-), Mare Nostrum (1.926) The Torrent (El torrente, 1926, Basada en la novela “Entre naranjos”), una nueva versión de Blood and Sand (Sangre y Arena, 1.941) o The four horsemen of the Apocalypse (Los cuatro jinetes del Apocalipsis,1.962), por citar las más importantes. 

Debido al gran éxito que alcanzan sus novelas en Francia, el Gobierno francés le nombró, al mismo tiempo que a Sorolla, comendador de la Legión de Honor. Esta es la más alta distinción que puede concederse a los que no son ministros o Jefes de Estado. 

En 1.921 murió su primera mujer, doña María. Durante el entierro una avioneta sobrevoló el cortejo, lo que era sorprendente en la época. Las malas lenguas se burlaban diciendo que desde esa avioneta Blasco Ibáñez seguía el duelo. Pero de nuevo visitó Valencia donde fue recibido por una multitud. 

Tras quedarse viudo contrajo matrimonio con su amante, la chilena Elena Ortúzar Bulnes, probablemente el gran amor de su vida y cuya influencia es evidente en la trayectoria literaria de nuestro escritor.  

En 1921 se estableció en Niza y en 1923 emprendió un viaje alrededor del mundo, que quedó reflejado en “La vuelta al mundo de un novelista”. 

En 1.928 asistió en Francia al centenario de Victor Hugo. Tras el mismo, enfermo, regresó a su caso de Menton donde falleció el 28 de enero del mismo año. En su agonía y antes de expirar tiene un recuerdo hacia el que fue su gran ídolo literario y exclama  "¡Es Victor Hugo!... ¡Que pase!... ¡Decidle que pase!". 

Murió en 1928 y en 1933 sus restos fueron trasladados hasta Valencia desde Menton. 

ELENA ORTÚZAR

Blasco conoció a Elena Ortúzar de Elguín a través de un cuadro de Sorolla, cuando el pintor le hacía un retrato al novelista (el retrato del escritor, pintado por Sorolla en 1906, pertenece a la colección de la Hispanic Society de Nueva York). 

Blasco, con 39 años, se interesó de inmediato por ella. Sorolla preparó un encuentro en su estudio de Madrid pues también retrató a Elena. Elena Ortúzar, casada con un rico diplomático chileno que poseía minas de cobre, pagó a Sorolla por su retrato 10.000 pesetas, una fortuna para la época. De impresionante formato (231x126), la obra fue donada por los herederos de Ortúzar al Museo de Bellas Artes de Chile.

Dicen que sólo Elena Ortúzar, una mujer muy hermosa, pudo apartarle de su afición a las mujeres del espectáculo, en especial las bellezas germánicas dedicadas a la ópera. De hecho la Leonora de “Entre naranjos”, "la valquiria viajera", se inspira en una cantante de ópera con la que mantuvo una aventura. 

Se cuenta que cuando Emilia Pardo Bazán visitó Valencia, Blasco fue su asiduo acompañante, y parece que la relación superó lo estrictamente literario. 

Pero fue Elena Ortúzar, su gran amor. Por ella, tras sufrir una ruptura en 1907, escribió furioso “La voluntad de vivir”. 

LOS CELOS DE LA MUJER DE SOROLLA.
  
“La maja desnuda”, escrita en la primavera de 1906 y publicada ese mismo año, es una confesión íntima de Blasco. Para el protagonista de la novela, el anhelo de un hombre que consigue el triunfo profesional no puede considerarse pleno si no lo obtiene también en la vida diaria. Y la mujer es el símbolo de esa ambición vital. 

La novela cuenta la historia de Mariano Romerales, un pintor de éxito. Casado con Josefinda, una mujer sencilla, celosa y a la que quiere, Mariano se enamora de una la condesa de Alberca, una dama de la alta sociedad que lo enloquece. 

Elena Ortúzar, modelo real del imaginado personaje de la condesa de Alberca, fue primero amante de Blasco y luego su segunda esposa. Los elementos autobiográficos de “La maja desnuda”,son evidentes.

En 1906, al poco de publicarse la novela, corrió el rumor de que Mariano Romerales, al ser pintor podía tratarse de Sorolla. Los rumores llegaron a Clotilde, la mujer de Joaquín Sorolla, que sospechó que en realidad se trataba de una historia en clave sobre los amoríos de su esposo. 

Se cuenta que el propio escritor se entrevistó con Clotilde para tranquilizarla. Mariano Romerales no tiene nada que ver con Joaquín, realmente era el propio Blasco Ibañez.  

Pero lo más curioso es Elena Ortúzar leyó la novela y le hizo saber su disgusto por verse representada. Y por ella, ordenó que se quemase la edición entera la noche antes de su distribución. El gesto reconcilió a la pareja, que realizó un viaje de cuatro meses, durante el cual Ibáñez envió una serie de crónicas a periódicos de Madrid, Buenos Aires y México, que se editaron ese año en un volumen: Oriente.
 

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