EL VIAJERO. Geografía
íntima. |
CANTOS DE SIRENA
Pompeya es la ciudad donde se sitúa
la historia: el saber de los dioses.
Al día siguiente visitarían
Pompeya y Herculano.
Todos insistían en relacionarlas
con las cenizas y la anfitriona recordó la película
“Jouney to Italy”, lamentablemente traducida al español como “te
querré siempre”, y no porque el título anticipe el final,
sino porque no se puede querer de otro modo. Esta película de 1954
fue dirigida por Roberto Rossellini y la protagonizó su esposa Ingrid
Bergman.
Era de noche y decidieron poner
la película para ir creando ambiente a la visita del día
siguiente. Quisieron ver cierta simbología en la imagen en la que
los restos humanos carbonizados en ceniza son retirados de entre las ruinas
de Pompeya y Herculano. Quisieron ver una alusión a la transformación
en ceniza de una relación. Quizás las cenizas podían
representar la desmemoria, el olvido de los detalles que acaban apagando
…
Ya en Pompeya, el viajero sintió
como se había congelado el tiempo y no veía ruinas, ni la
erudición por el pasado, sino el deseo de comprender la historia
a través de los detalles.
Mientras todo seguían dando
vueltas por las ruinas de Pompeya, el viajero se había quedado a
las puertas de “La Casa del Poeta Trágico” en la que encontraron
un mosaico (ahora en el Museo Antropológico Nacional de Nápoles)
en el que aparece el sacrificio de Ifigenia.
Ifigenia (en griego ‘mujer de raza
fuerte’) era una hija del rey Agamenón y la reina Clitemnestra.
Agamenón mató un ciervo
sagrado y la diosa Artemisa se enfadó mucho. En su camino a Troya
para participar en la Guerra de Troya, los barcos de Agamenón quedaron
de repente inmóviles al detener Artemisa el viento en Áulide.
Un adivino llamado Calcas reveló un oráculo según
el cual la única forma de apaciguar a Artemisa era sacrificar a
Ifigenia, hija de Agamenón.
Ifigenia aceptó su sacrificio
y pidió a su madre que no guardase rencor a su padre. Ifigenia ofreció
su cuello y cuando el sacerdote se disponía a degollarla Ifigenia
desapareció raptada por algún dios y en su lugar apareció
una cierva degollada. ... En su lugar aparecieron cenizas.
Pompeya es la ciudad donde se sitúa
la historia: el saber de los dioses, qué pasó entonces, qué
sucede ahora, qué sucederá mañana. Solo los dioses
estaban antes, ahora y mañana. El saber de los dioses y el canto
de las sirenas …, pensaba el viajero.
El antiguo conocimiento de los dioses:
el saber de la antigüedad al que el hombre solo llega con la astucia,
como sucede en viaje de Odiseo a Itaca, cuando quiere escuchar el
canto de las sirenas (el saber de los dioses) y ordena a sus amigos
que se tapen los oídos con estopa y canten hasta atronar. Odiseo
mientras se ata al mástil para escuchar.
Luego la Odisea no nos cuenta que
ha escuchado Odiseo a las sirenas, que ha aprendido de los dioses, pero
no importa, lo relevante es que quiso escuchar la reflexión de los
dioses y utilizó la astucia.
Sólo hay cenizas cuando hay
olvido, pero en Pompeya el tiempo se ha congelado, como aquellos segundos,
pensaba el viajero recordando la canción: “disfruto cada segundo
y no los cambio por años …”. (Ver
video)
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