DOS PALABRAS DE MÁS.
Dos copas de más, dos palabras
de más.
Ella acababa de entrar en una depresión
importante. Había tenido una relación estable durante cinco
años y unos días antes de la boda la dejó su novio.
Le conoció en la discoteca
y la cosa se fue animando. Se ponía celosa cuando el bailaba con
otras y sin pensarlo mucho ella se lo acabó llevando a casa. Ella
le dijo que no estaba recuperada, que no sabría si … El no quiso
agobiarla y dijo: no te preocupes, dame una almohada y duermo en el sofá.
Lo que no quiero es coger el coche e irme a casa porque estoy pasado de
copas … Dos copas de más, dos palabras de más.
Ella le metió en la cama
y las copas le hicieron decir palabras sinceras que debía haber
callado. Dijo que aunque hacía poco que se conocían ella
era una mujer especial y que sentía algo especial por ella. Las
palabras se sucedieron, ella callaba y el hombre se iba sincerando, quería
un futuro. Dos copas de más, dos palabras de más.
Cuando amaneció ella asumió
una actitud distante, fría, queriendo olvidar lo sucedido. A diferencia
de los animales, los humanos tenemos memoria y lo hecho permanece y se
recuerda, tenemos presente, pasado y futuro. Esto nos diferencia. Pero
ella interpretó el papel de que nada había sucedido.
Le acompañó hasta
la puerta y le despidió. Dos copas de más, dos palabras de
más. Luego ella borró su teléfono de su agenda. Dos
copas de más, dos palabras de más.
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