DOSTOIEVSKI, DOS RUBIAS Y UNA RULETA EN BADEN BADEN

Un viaje a Baden Baden.

Todo empezó en Siberia, a donde habían enviado a Dostoievski a cumplir una pena de muerte. Allí se fue a enamorar de Mariya Dmítrievna Isáyeva, una mujer casada con un amigo, enferma, histérica y con un hijo. Esperó dos años a que enviudase para casarse con ella y cuando le conmutaron la pena hizo el viaje por Europa de todos los escritores rusos, pero se llevó a una belleza de la mano Pólina Suslova.

Se pasaron cuatro años viajando y jugando en todos los casinos. En Badén Baden lo pierde todo jugando y Pólina le deja por un español. Está claro que lo perdió todo.

Dostoievski manda cartas a editores y consigue un anticipo a cambio de obra urgente: el jugador. Contrata a una taquígrafa a la que dicta la obra para ganar tiempo. La taquígrafa era Anna Grigoriev Snitkina, de veinte años. Con su ayuda escribe 'El jugador' en tres semanas y redacta los capítulos finales de 'Crimen y castigo'. 

Durante los largos dictados a Anna, “el jugador” sólo pensaba en las andanzas de Madame Blanche (nombre que da en la novela a Pólina) perseguida por un francés y un inglés.

En enero de 1864 Dostoievski vuelve a Rusia y se dedica a cuidar a su esposa, enferma de tisis, que muere en abril.

Al poco tiempo propuso matrimonio a Pólina Suslova que lógicamente le rechazó porque un escritor no dejar de ser un escritor, aunque se llame Dostoievski.

Al tercer año de enviudar, contrajo matrimonio con Anna, veintiséis años más joven que él. Vivieron en Basilea tranquilos, con la tranquilidad que da tener la cabeza en otra rubia.

Una rubia con la que vivió, otra a la que dictó lo vivido con la anterior. Dostoievski, dos rubias y una ruleta en Baden Baden, un alma de jugador.