LA FORTUNA Y SU AMIGA CALVA.

Lo efímero. La ocasión la pintan calva.

Los pintores siempre sitúan a la diosa Fortuna entre nubes, porque representa algo efímero. Hoy uno es afortunado y mañana quien sabe. Fortuna aparecía figurada de un modo semejante a la Justicia: con los ojos velados o con un timón ya que pilotaba la suerte de la humanidad.

Pero su alegoría principal siempre es una ruleta y la cornucopia de la abundancia.
 
Y junto a Fortuna siempre estaba la calva, porque la ocasión la pintan calva.

La diosa Ocasión se representaba casi totalmente calva, con un mechón pequeño, ya que una buena Fortuna era entendida como de una Ocasión difícil de atrapar (como es difícil de atrapar de los cabellos de los calvos).

El culto a Fortuna fue introducido en Roma por Servius Tullius, donde un templo en el Foro Boario y un santuario público en la colina del Quirinal, además deun oráculo en Praeneste donde se adjudicaba un trozo de roble a cada recién nacido, según el modo en que sucedía esto se suponía que el recién nacido tendría su fortuna. 

Los romanos también adoraban a una diosa llamada Ocasión, a la que representaban como una mujer bellísima puesta de puntillas sobre una rueda y con alas en los pies o en la espalda, para indicar que las cosas buenas pasan rápidamente. Ocasión, en la época romana, llevaba la parte delantera de la cabeza cubierta por una hermosa cabellera, pero estaba totalmente calva por detrás. De este modo, se daba a entender que una vez que ha pasado la ocasión es del todo imposible recuperarla o asirla, y que, por consiguiente, no se debe dudar un instante en aprovechar una oportunidad.