INTUICIONES: VER CRECER LA HIERBA.
Se sabe y no se sabe porqué
se sabe.
Hasta mediados del siglo XX, tan
solo dos estudios psicológicos utilizaban el término "intuición".
A lo largo de la historia se ha devaluado una experiencia sensorial muy
importante en épocas primitivas, el saber que se sabe, el presentir
una realidad que se desconoce y a la que se llega por una proceso extrasensorial
de intuición. A lo largo de la historia se ha potenciado el conocimiento
desde el exterior hacia el interior y se ha ido olvidando esta capacidad
inversa, de dentro a fuera.
En la antigüedad, el vidente
u oráculo era un personaje muy relevante, incluso en la cultura
griega y romana. La escuela de Platón, la filosofía del idealismo,
se basa en la noción de que la intuición es una fuente fidedigna
de conocimiento. El Idealismo sostiene que sólo el razonamiento
mental es conocible; por lo tanto, la realidad es esencialmente espiritual
o mental. Aristóteles creía que el pensamiento está
formado por imágenes con el poder de evocar emociones que revelan
sabiduría interior. Es lo que llamó razonamiento intuitivo,
entendido como un salto en la capacidad de comprensión, atrapando
un concepto inalcanzable por medio de otros procesos intelectuales.
En Oriente, Buda enseñó
que la intuición es la fuente de la verdad y de la sabiduría
total. En la filosofía oriental, la intuición es considerada
una facultad de la mente que se desarrolla durante el curso del crecimiento
espiritual. En escuelas de meditación en China y Japón –
Ch’an en China, Zen en Japón – se busca la experiencia y a la sabiduría
que desafía a la explicación a través del lenguaje
o comunicación racional. Para los budistas este despertar es una
revelación de su verdad y sabiduría interior.
Para los hindúes, la sabiduría
intuitiva se alcanza a través de la meditación y del control
disciplinado de la mente. La intuición normalmente ilumina asuntos
cósmicos universales y no problemas concretos. El yoga es un ejemplo
de potenciación de la intuición.
El psicólogo Carl Jung estimaba
que hay cuatro criterios del comportamiento humano: percepción,
intuición, pensamiento y sentimiento. La percepción y la
intuición son funciones de percepción. La sensación
dice que algo existe y no se sabe porqué. Para Jung la intuición
es un "presentimiento", no es producto de una acción voluntaria
sino de un acontecimiento involuntario que depende de diferentes circunstancias
externas e internas y no de una acción de juicio "el sentimiento
es una forma de evaluación subjetiva; la intuición la tomo
como percepción a través del inconsciente, o percepción
de contenidos inconscientes" (Jung, 1971).
En The Aquarian Conspiracy (1980),
Marilyn Ferguson, investigadora que ha demostrado interés por la
investigación que concierne a las diferentes funciones de los dos
hemisferios cerebrales, llama a la intuición "el saber al que no
se le puede seguir la pista".
A veces no hace falta ni hablar.
Se percibe la realidad sin palabras. Se sabe y no se sabe porqué
se sabe, pero se sabe. Es la madurez, que nos abre tanto los ojos que nos
permite ver crecer la hierba.
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