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HISTORIA - ARTE / Curiosidades históricas.

LEÓN TOLSTÓI O NO ME DIGAS QUE SÍ SIN SABER TODO LO QUE HE HECHO ANTES.

“El que ha conocido sólo a su mujer y la ha amado, sabe más de mujeres que el que ha conocido mil”.

León Tolstói, también conocido como León Tolstoy, (Yásnaya Poliana, 9 de septiembre de 1828 - Astapovo, 20 de noviembre de 1910) fue un novelista ruso que junto a Dostoyevski, es considerado uno de los grandes de la literatura rusa del siglo XIX. Sus más famosas obras son Guerra y Paz y Anna Karénina.

Era hijo de aristócratas. Su madre era la princesa María Nikoláyevna Volkonski y su padre Nikolái Ilich Tolstói era conde. Tenía tres hermanos y una hermana, Sergéi, Nikolái, Dmitri y María. Se quedó huérfano de madre a los dos años, que falleció tras el nacimiento de su hermana. Su padre murió por un ataque de apoplejía cuando León tenía diez años.

Así que los tres huérfanos se fueron a vivir a casa del tío paterno. En esta época estudia en la Universidad de Kazán lenguas orientales, pero abandona sus estudios en 1847. Los terminaría en San Petersburgo en la escuela de Derecho.

Contaba el propio Tolstói que a los dieciséis años le gustaba beber, jugar a las cartas y tenía fácil acceso a las mujeres por su posición de estudiante rico.

Así que con veintiún años tuvo que escribir a su hermano para que agilizase la venta de uno de los bosques familiares para poder costearse el tratamiento de sus enfermedades venéreas o sus apuestas de juego.

Se trasladó a Moscú con intención de buscar un empleo o un casamiento conveniente pero se empezó la guerra con Turquía y su hermano Nikolái, teniente de artillería, le convence para ir con él al Cáucaso. Como sufre reuma acepta lo del ejército pero se va a las fuentes termales de Goriachevodsk donde conoce a la cosaca Márenka, idilio que reaparece en su novela “Los cosacos”.

Mientras que se decidía por su vida militar, el príncipe Bariantinski se fija en él y le hace suboficial del ejército ruso incorporándole a la brigada de su hermano. Pero vuelve el reuma y cambia el ejercito por el balneario, esta vez las aguas termales en Piatigorsk, pero se aburre tanto que empieza a escribir.

A su vuelta a San Petersburgo, escribe "He adquirido la convicción de que casi todos eran hombres inmorales, malvados, sin carácter, muy inferiores al tipo de personas que yo había conocido en mi vida de bohemia militar. Y estaban felices y contentos, tal y como puede estarlo la gente cuya conciencia no los acusa de nada"

Este es el temible momento en que muchos hombres que han hecho todo lo que tenían que hacer se vuelven moralistas. Sirva esta historia de aviso a navegantes y lo decimos por aquellas mujeres que se cruzan con vividores rehabilitados. Ya pueden armarse de paciencia.

MORALIDAD Y SOFÍA.

En esto llega su primera prometida, Valeria Arsénieva, con la que mantiene una correspondencia más filosófica que amorosa. Pero la joven quería bailar y no soporta las cartas de Tostói que entre otras cosas le dice: "soy un hombre moralmente viejo",   "todo se consigue en este mundo a base de privaciones y trabajo". "¿No entiendes la abnegación en un mundo en el que muchos no conocen ni el placer ni el sufrimiento morales?". 

No es de extrañar que la pobre Valeria saliese corriendo.

Y aquí aparece su esposa, Sofía Behrs, hija de un médico de Moscú con quien compartió toda su vida. Cuando se conocieron, León tenía treinta y cuatro años y Sofía dieciocho. Ella se quedó deslumbrada por las aventuras del escritor, pero León, en un acto de sinceridad, le dice: no me digas que sí sin saber todo lo que he hecho antes. Así que escribe un diario de juventud en el que relata con pelos y señales todo lo que ha hecho. La pobre Sofía se lo lee y acepta todo.

Durante cincuenta años, Sofía le aguantó todos los discursos morales que cabe imaginar, le dio trece hijos y puso en casa un poco de sentido práctico, porque él vivía en un mundo de moralidad ajeno a todo. Por entonces, Tostói ya había asumido su mensaje moral y había escrito “Anna Karénina” (1867) en la que cuenta las historias paralelas de una mujer atrapada en las convenciones sociales y un terrateniente filósofo (reflejo del propio Tolstói), que intenta mejorar las vidas de sus siervos.

Y ¿cómo  agradeció a Sofía, todo ese tiempo aislada en un pueblecito (Yasnaia Poliana) apartada de su vida social en Moscú?. Pues León se escapó de su casa a los ochenta y dos años y dejó a su mujer con una misiva brutal (14 de julio de 1910), donde le recrimina su carácter "despótico e incontrolable", pero, sobre todo, por su "concepción diametralmente opuesta del sentido y finalidad de la vida", así como esa "propiedad privada" que para él "era un pecado" y para ella "una condición indispensable". 

Pero todo se perdona a un hombre que escribió: “El que ha conocido sólo a su mujer y la ha amado, sabe más de mujeres que el que ha conocido mil”. El fondo del problema es que Tolstói intentó renunciar a sus propiedades en favor de los pobres y Sofía lo impidió. La pobre mujer veía que su marido se había convertido en una especie de santón vegetariano y temía por el futuro de sus hijos. Seguramente Tolstói sufría demencia senil. Así que no pasó porque León diese todo a los pobres y un día, intentando huir de su casa, murió en la estación ferroviaria de Astápovo, y entre sus últimas palabras dijo "Hay sobre la tierra millones de hombres que sufren: ¿por qué estáis al cuidado de mí sólo?". 

EL MITO

Su mito se mantiene en Rusia con unas 150 escuelas que estudian con sus libros, al igual que sobreviven colonias tolstoianas, donde no se bebe nada de alcohol, no se fuma, la alimentación es espartana y frugal e impera el ascetismo más riguroso. Un tipo de comunidad de la que Màxim Gorki, ferviente admirador, quiso ser apóstol.

La mayoría de sus originales se conservan en la "habitación de acero" del Museo Tolstói de Moscú. "Los vigilantes están tres minutos para desconectar todas las alarmas antes de abrir las puertas con anclajes de un lugar que es como la caja fuerte de un banco". 

GANDHI

Una carta a un periódico hindú titulado Carta a un hindú desembocó en una larga correspondencia con Mohandas Gandhi, que estaba en Sudáfrica, influyendo profundamente en Gandhi en el concepto de resistencia no violenta, un punto central de la visión del Cristianismo de Tolstói. En septiembre de 1910, dos meses antes de su muerte, le escribió en el sentido de aplicar la "no resistencia", ya que "la práctica de la violencia no es compatible con el amor como ley fundamental de la vida", principio que fue capital en el desarrollo posterior de la "no violencia" del hindú. 

También mantuvo correspondencia con George Bernard Shaw, Rainer Maria Rilke y el zar Nicolás II, entre otros. Su epistolario forma un corpus de unas 10.000 cartas conservadas en el Museo Tolstói de Moscú.

Fue uno de los mayores defensores del esperanto, y en sus últimos años tras varias crisis espirituales se convirtió en una persona profundamente religiosa y altruista, rechazó toda su obra literaria anterior y criticó a las instituciones eclesiásticas en Resurrección, lo que provocó su excomunión. Ni siquiera una epístola de su amigo Iván Turguéniev en su lecho de muerte para pedirle que regresara a la literatura hizo que cambiara de opinión.

VEGETARIANO

Junto con Eliseo Reclus fue precursor del Naturismo libertario. Tolstói, vegetariano como Reclus, escribió en su “Últimas palabras” (1909) que vivamos según la ley de Cristo: amándonos los unos a los otros, siendo vegetarianos y trabajando la tierra con nuestras propias manos. Prueba de su vegetarianismo son múltiples citas suyas, entre las que destacan: "Alimentarse de carne es un vestigio del primitivismo más grande”. 

LOS CAMPESINOS.

Tolstói decidió dejar los lujos y mezclarse con los campesinos de Yásnaya Poliana, donde él se crió y vivió. No obstante, no obligó a su familia a que lo siguiese y continuó viviendo junto a ellos en una gran parcela, lugar al cual con frecuencia sólo llegaba a dormir, gastando la mayor parte del día en el oficio de zapatero. Fundó en la aldea una escuela para los hijos de los campesinos y se hizo su profesor, autor y editor de los libros de texto que estudiaban. Impartía módulos de gimnasia y que prefería el jardín para dar clases. 
 

LAS CARTAS POLÉMICAS.

"Ahora me voy a poner a la aburrida y trivial Anna Karénina y le ruego a Dios que me conceda la fuerza que necesito para sacármela de encima lo más rápidamente posible". La carta está fechada en su hacienda de Yásnaia Poliana, el 25 de agosto de 1875, y va dirigida a su gran asesor en temas filosóficos y religiosos, Nikolái Strájov. 

Sobre Guerra y paz, dice: "Me resulta repugnante. Es un sentimiento semejante al que experimenta una persona cuando ve las huellas de una orgía en la que participó". 

FRASES

El que ha conocido sólo a su mujer y la ha amado, sabe más de mujeres que el que ha conocido mil.

Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo.

A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa.

El secreto de la felicidad no es hacer siempre lo que se quiere sino querer siempre lo que se hace.

La razón no me ha enseñado nada. Todo lo que yo sé me ha sido dado por el corazón.

El matrimonio es una barca que lleva a dos personas por un mar tormentoso; si uno de los dos hace algún movimiento brusco, la barca se hunde.

Es más fácil escribir diez volúmenes de principios filosóficos que poner en práctica uno solo de sus principios.

El verdadero amor supone siempre la renuncia a la propia comodidad personal.

No hay más que una manera de ser feliz: vivir para los demás.

No se vive sin la fe. La fe es el conocimiento del significado de la vida humana. La fe es la fuerza de la vida. Si el hombre vive es porque cree en algo.
 

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