A LA CONQUISTA DEL MARIDO IDEAL 

Aunque la autora no utiliza su nombre verdadero y está escrito para los años 50, lo intenté, que no es poco.

Voy de maricompras y de pronto veo “Caza mayor. A la conquista del marido ideal” de Nina Farewell.

No lo pienso, lo cojo urgentemente, porque con este título no creo que dure mucho en la estantería de una librería que sólo visitamos solteronas amargadas y me vuelvo a casa para empezar a leer, aprender y no perder más tiempo.

Menudo chasco cuando compruebo que la autora no se llama Nina Farewell. Se trata de un seudónimo que utilizó, allá por los años 50, para escribir este manual de recomendaciones para “cazar” al marido ideal, si es que tal cosa existe. 

Resulta que el editor del libro paseaba por las librerías de Londres dedicadas a libros antiguos y cuando dio con el título pensó “está escrito hace medio siglo, pero con todas las que yo conozco en España ...”

La seducción, como cualquier arte, emplea técnicas más o menos secretas para aumentar su eficacia. Nina Farewell publicó este libro a mediados de los años cincuenta, una época en que la caza del marido era un deporte. 

Ahora es un deporte prohibido porque los maridos son una especie en peligro de extinción y están protegidos o se autoprotegen. De hacerse escrito hoy el título podría haber sido “en búsqueda del marido de la amiga” o “conozco a uno que se casó a los 40 y no era 20 años mayor que su novia”.

No hay constancia de que aplicado al pie de la letra este libro garantice el éxito, ni siquiera que te devuelvan el dinero, pero lo peor es que ese ser humano llamado hombre apenas ha cambiado desde los años 50. 

Como toda disciplina que se respete, esa caza también tenía sus reglas y un objetivo muy claro: no entregar al hombre lo que es nuestro hasta que lo tengamos rendido y atado con una alianza.

Dice la autora: “como ustedes comprenderán, en este libro he optado por no mencionar siquiera la palabra amor, cuya definición nos llevaría a discusiones sin fin. Solo hay un aspecto del amor en el que todo el mundo se pone de acuerdo: una mujer enamorada es incapaz de pensar. Así las cosas, cualquiera de nosotras que esté de verdad interesada en tener una vida agradable rehuirá del amor como de la peste... “

“Frente a las mil artimañas del varón para arrebatarnos la virginidad, he aquí mil y un consejos para resistir el ataque sin cansar a la presa y para seducir sin perder nunca de vista lo que más nos importa: un buen matrimonio”. 

Estos trucos, que poco o nada tienen que ver con la moral y mucho con el ingenio, seguro que sirven para cazar a un buen marido, pero sigo leyendo y descubro que uno de los primeros consejos “es no entrar en casa del hombre …. “. Ya he metido la pata, lo estoy leyendo en casa de un amigo mientras espero a que se duche.