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EL VIAJERO. Geografía
íntima. |
NO ESCUCHAS.
Un viaje a un lugar para escaparse.
Lo importante es el nido.
El viaje empezó muchos años
antes en las laderas del Himalaya. El viajero miraba a los pájaros
y un sabio le dijo no mires a los pájaros mira al nido, mira al
nido. Los pájaros son libres y pueden volar donde quieran, pero
renuncian a su libertad para formar un nido y se mantienen fieles a sus
obligaciones hasta que los polluelos abandonan el nido, mira al nido, no
mires a los pájaros, el nido es lo importante …
Pasaron los años y al final
del verano el viajero reconoció un nido para Ítaca, un nido
para dar vida a Vida. Había que darlo todo, había que dejarlo
todo, pero era el nido para volver a empezar. Era una casita en el norte
mediterráneo, relativamente cerca de un gran aeropuerto para seguir
viajando, era una locura, un sitio rodeado de amigos que habían
encontrado su Ítaca a la mitad de la vida.
Empieza el viaje.
El viajero acudió a la cita
con un personaje singular, el anfitrión. Hizo fortuna, no lo necesitaba,
pero quería demostrar a los suyos que podía hacer fortuna,
cuando lo consiguió lo vendió todo antes de hacerse demasiado
viejo y vivía con su mujer alejado de todo en un lugar frente al
mar.
Entre los invitados, un poco de
todo. Unas ingenieras que escuchan historias, un poeta que tiene el don
de la ubicuidad y cuya gran fama durará lo que dure su vida, un
viajero que ha recorrido los cinco continentes y que atraviesa Asia central
en moto. Sigue haciéndolo, le dicen, así presumimos de que
a nuestra edad todavía se pueden viajar miles de kilómetros
por los desiertos. Luce de modo especial una gran viajera que se fue a
China cuando no había extranjeros. Hay otro viajero que desde Moscú
recorrió Asia. Está un americano que se empeñó
en adentrarse por rutas … Es inevitable hablar del Everest. Después
del Everest, sólo ves colinas … .Colinas y nidos, dice el viajero,
pero nadie le entiende. Unos ven el Everest y otro el gran amor de la vida.
El viajero tiene estas cosas, que está aquí y allí,
ya lo saben.
El anfitrión desvía
la conversación hacia otros desiertos y vuelve a contar la anécdota
de la mujer de su amigo, un escritor anglosajón. La mujer del escritor
tenía otros gustos y apareció a la cena con dos mujeres del
brazo … Había pasado hacía varias décadas pero lo
vivió de joven y le sorprendió tanto que no desaprovecha
ocasión para recordarlo … El caso es que el tema da juego y ya hay
debate …
Cuesta hablar … Todos tienen tanto
que contar … Pasa la noche sin darse cuenta, está amaneciendo. El
anfitrión coge del brazo al viajero y le saca al patio. Miran una
casona cercana. Le dice que la ha conseguido para él, que han aceptado
sus condiciones, que ya pueden ir. Es una casona de una sola planta, de
vieja teja rojiza y paredes blancas encaladas, sobre las paredes hay macetas
con flores rojas … ¿cuándo vendréis?. El viajero le
mira sin poder mirarle, ya no vendremos.
El anfitrión mira el azul
del cielo mientras amanece, el anfitrión mira al mar. No escuchas
la voz de la vida que esperas corriendo por este campo. Aprende a escuchar,
con inocencia, apartando el ruido, quedándote con los susurros.
No escuchas…
El viajero se queda solo mirando
una casona de una sola planta, de vieja teja rojiza y paredes blancas encaladas,
sobre las paredes hay macetas con flores rojas … Está amaneciendo
y una pareja de pájaros está haciendo su nido bajo el tejado
... Sólo necesitan aire para respirar.
No escuchas. No escuchas la voz
de la vida que esperas corriendo por este campo. Aprende a escuchar, con
inocencia, apartando el ruido, quedándote con los susurros.
No escuchas…
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video)
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