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HISTORIA - ARTE / Curiosidades históricas.

“TODA MI ALMA TE PERTENECE...”, LO QUE NO SE DICE DE CAMILLE CLAUDEL.

Cartas de lector: Tras leer el artículo Rodin, Camille y la sombra del pasado, permítanme hacerles unas observaciones históricas sobre el personaje y su relación de amor y odio con Auguste Rodin. 

Hay dos reproches que no pueden pasar desapercibidos, por un lado que Camille dejó escritos en su correspondencia, primero que Rodin se aprovechaba de ella y que las obras que presentaba como propias eran producto de su talento menospreciado, el otro es que Rodin solía exhibirse con otras mujeres delante de ella. 

Pero algo que es difícil comprender sino desde la perspectiva de una mujer de aquella época es el incumplimiento por Rodin de su promesa de casarse con ella. Hay una carta de Rodin en la que él deja por escrito la promesa de que ella sería la única mujer en su vida.

Además, parece ser que Camille fue convencida por Rodin de abortar. Siempre bajo la promesa de que iba a abandonar a Rose Beuret. 

Les felicito por su revista y les adjunto una carta que resume todo lo anterior:

“Toda mi alma te pertenece...”

Mi pobre cabeza está muy enferma y ya no puedo levantarme por la mañana. Esta tarde he recorrido (horas) sin encontrarte nuestros lugares. ¡qué dulce me resultaría la muerte! Y qué larga es mi agonía. Por qué no me has esperado en el taller. ¿Dónde vas? cuánto dolor me estaba destinado. Tengo momentos de amnesia en los que sufro menos, pero hoy el dolor permanece implacable. Camille mi bienamada a pesar de todo, a pesar de la locura que siento acercarse y que será obra tuya, si esto continúa. ¿Por qué no me crees? Abandono mi Salón, la escultura. Si pudiera irme a cualquier parte, a un país en el que olvidara, pero no existe. Hay momentos en que francamente creo que te olvidaría. Pero de repente, siento tu terrible poder. Ten piedad malvada. Ya no puedo más, no puedo pasar otro día sin verte. De lo contrario la locura atroz. Se acabó, ya no trabajo, divinidad maléfica, y sin embargo te quiero con furor.
Mi Camille ten la seguridad de que no tengo ninguna amiga, y de que toda mi alma te pertenece.
No puedo convencerte y mis razones son impotentes. Mi sufrimiento no te lo crees, lloro y lo pones en duda. Ya no río desde hace tiempo, ya no canto, todo me resulta insípido e indiferente. Ya estoy muerto y no comprendo las fatigas que he pasado por unas cosas que ahora me son indiferentes. Déjame verte todos los días, será una buena acción y quizá me venga una mejoría, porque sólo tú me puedes salvar con tu generosidad.
No dejes que la horrible y lenta enfermedad se apodere de mi inteligencia, del amor ardiente y tan puro que te tengo en fin piedad querida mía, y tú misma serás recompensada.
Rodin
Te beso las manos, amiga mía, a ti que me regalas goces tan elevados, tan ardientes, junto a ti, mi alma vive llena de fuerza y, en su locura de amor, el respeto hacia ti está siempre por encima de todo. El respeto que tengo por tu carácter, por ti mi Camille, es la causa de mi violenta pasión, no me trates despiadadamente te pido tan poco. No me amenaces y déjate ver que tu dulce mano me muestre tu bondad y me la dejes algunas veces, para que la bese en mis transportes.
No lamento nada. Ni el desenlace que me parece fúnebre, mi vida caerá en un abismo. Pero mi alma ha tenido su florecimiento, tardío por desgracia. Ha sido preciso que te conozca y todo ha cobrado una vida desconocida, mi desvaída existencia ha ardido en un fuego de alegría. Gracias porque a ti debo toda la parte de cielo que he alcanzado en la vida.
Posa tus queridas manos sobre mi rostro, que mi carne sea feliz que mi corazón vuelva a sentir que se derrama tu divino amor. Con qué entusiasmo vivo cuando estoy junto a ti. Junto a ti cuando pienso que todavía tengo esa felicidad, y me compadezco, y en mi cobardía creo que he terminado de ser desgraciado que estoy al final. No tanto que no haya un poco de esperanza tan poca una gota es preciso que aproveche la noche, más tarde, la noche después. Tu mano Camille, no la que se retira, no hay felicidad al tocarla si no es prenda de un poco de tu ternura.
¡Ay! divina belleza, flor que habla, y que ama, flor inteligente, querida mía. Tan buena, de rodillas, ante tu bello cuerpo que abrazo.
R
(Carta enviada por Auguste Rodin a Camille Claudel. Museo Rodin de París)
 

RODIN, CAMILLE Y LA SOMBRA DEL PASADO.

Las dos musas que inspiraron a Rodin y que tuvieron un papel fundamental en la obra del escultor, Rose Beuret y Camille Claudel.  La relación con Camille siempre ha sido objeto de debate, por la diferencia de edad, los celos profesionales y la locura final.


L'Age mûr de Camille Claudel. Musée Rodin

Auguste Rodin, el artista francés que revolucionó la escultura en el siglo XIX, con obras maestras como “El beso” y “El Pensador”, pero también otras raramente expuestas como “La Tierra” y “La Luna” han sido recordadas con una magnífica exposición itinerante que inicia el recorrido con un homenaje a las dos musas que le inspiraron y que tuvieron un papel fundamental en la obra del escultor, el busto de Rose Beuret y el de Camille Claudel, su gran amor, presentes en una única vitrina, una al lado de la otra.

Rodin conoció a su mujer, Rose Beuret, cuando ella tenía dieciocho años. Al poco tiempo la pareja tuvo un hijo, August, a quien, sin embargo, Rodin nunca reconoció ni le dio su nombre. Rosa Beuret era casi analfabeta, sólo se casaron poco antes de morir, en un curioso matrimonio concertado para asegurar que el legado de Rodin quedara en manos del Estado francés.

Durante la década de 1880, con el fin de ayudar a un amigo escultor que partía de viaje a Roma, Rodin aceptó hacerse cargo de un curso de principiantes escultoras, una de las cuales era Camille Claudel, veinticuatro años más joven que él.
 

  • Rodin era de fisonomía corpulenta y tosca, mientras que Camille Claudel era bella y delgada.
Con veintidós años, Camille inició la exposición de sus esculturas, pero siempre atormentada por las críticas de quienes veían la mano de Rodin. Camille posó para él y llegaría a inspirar a Rodin obras como el Beso que iba a ser una escultura para la puerta del infierno que estaba creando en honor a Dante Aligheri.
A medida que pasan los años y Rodin se niega a dejar a Rose, Camille entra en una profunda depresión que se mezcla con celos profesionales.
Se comentaba en París que Camille humillaba a Rodin con una eficacia sobrecogedora y Rodin proyectaba en Camille un delirio edípico que derivó en una paranoia terrorífica, hasta el punto de que Camille terminó creyendo que Rodin y sus amigos la perseguían para matarla.

En una ocasión un galerista mandado por Rodin organizó una exposición a la que Camille se presentó muy mal vestida y comentando al público si no habían visto su obra, que era mejor que la Rodin.

En 1893, después de quince años de relación, Camille decide terminar con Rodin al percatarse de que su amor nunca sería correspondido con la misma intensidad, e inicia su carrera artística sola y lejos de su maestro. Camille se dedicó entonces a la escultura de manera frenética, y se aisló cada vez más.

Ésta situación es, para algunos autores, la inspiración de una de las obras más importantes de Camille, “L'Age Mur” que representa a la propia Camille, arrodillada y suplicante, dirigiendo sus manos hacia Rodin, quien la da la espalda mientras una mujer, mitad ángel, mitad bruja (que representa a Rose Beuret), se lo lleva. Podría interpretarse como la sombra del pasado que arrastra al amante y le aleja, creando un muro insuperable entre ambos.

Una vez rota su relación con el escultor, entra en su vida Claude Debussy, pero también él está unido a otra mujer, con lo que su estado emocional no hace más que empeorar.

Su situación económica se complicó y al poco tiempo empezaron a aflorar muestras de problemas mentales.

Se volvió paranoica e insistió en que Rodin la quería destruir y que la perseguía. Empezó a tener problemas con las galerías al no entregar las obras. El problema no era que no realizara las obras, sino que una vez acabada la escultura la destruía. Comenzó a sentir miedo, apenas comía por temor a ser envenenada y destruyó a martillazos sus propias obras.

Camille llegó a escribir “En el fondo, todo eso surge del cerebro diabólico de Rodin. Tenía una sola obsesión, que, una vez muerto, yo progresara como artista y lo superara; necesitaba creer que, después de muerto, seguiría teniéndome entre sus garras igual que hizo en vida”.

En diciembre de 1905, Camille realiza su última gran exposición. A partir de ahí, su crisis se agudizará y comenzará a destruir sus obras. El 3 de marzo de 1913, muere su padre y el 10 de marzo la internarán primero en el sanatorio de Ville-Evrard y en julio en Montdevergues, manicomio del cual, a pesar de su recuperación y ruegos a su hermano Paul, nunca saldrá.

Pasó treinta años en ese sanatorio, años en los que estaban prohibidas las visitas y la escultura.

El 19 de octubre de 1943, Camille muere en el sanatorio de Montdevergues. No tendrá apoyo familiar ya que su madre y su hermana siguen siendo hostiles a su forma de vida y su hermano Paul estaba lejos.

LA PUERTA DEL INFIERNO

Inspirada en la “Divina Comedia” de Dante, la “Puerta del Infierno” pretendía ser una gran alegoría del tormento por medio de la representación del desnudo. Para esta obra, no concluida, el artista creó ciento ochenta y seis pequeñas figuras, algunas de ellas reproducidas en diferentes formatos y realizadas como esculturas autónomas. El ejemplo más conocido es el “Pensador”, concebida para la “Puerta”, en la que representa a Dante.

Lo que más impacta es la capacidad de Rodin de dejar hablar a los cuerpos.
 

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