EL VIAJERO. Geografía
íntima. |
SANSÓN Y DALILA.
Mon Coeur s'ouvre a ta voix.
A veces París también
merece una ópera, aunque el viajero se cuida de decir esto en la
ciudad de la música. Nunca se sabe.
Fueron a ver la ópera francesa
“Sansón y Dalila”, compuesta por Camille Saint-Saëns, en tres
actos, con un libreto en francés de Ferdinand Lemaire.
La historia de Sansón y Dalila
aparece en el viejo testamento, capítulos 13 al 16 del Libro de
los Jueces y en el Libro de los Proverbios, Libro de los Salmos y en el
Cantar de los Cantares.
Sansón era el juez de Israel,
consagrado desde el vientre de su madre para ser el líder, dotado
de una fuerza espiritual y física sobrehumana, capaz de destruir
al ejército filisteo con el sólo poder de su brazo. La fuerza
tenía una condición, un "recordatorio divino" de que Sansón
seguía siendo un hombre, y por tanto vulnerable al pecado y la debilidad:
su fuerza radicaba en su largo cabello y si algo le ocurría, la
perdería.
Dalila sigue las instrucciones del
sumo sacerdote del culto de Dagón para enamorar a Sansón
y así poder arrancarle su secreto y derrotarle.
Sansón se enamora y como
prueba de amor le revela su secreto. Dalila, mientras Sansón duerme,
le corta el pelo y lo entrega a los soldados filisteos, que le arrancan
los ojos, y le encadenan como esclavo a una noria para ser vejado y humillado
por el idólatra pueblo filisteo.
Sansón fue llevado al templo
y atado a dos columnas, allí exclamó su última alabanza
y derribó las columnas, desplomándose el templo y sepultándose
en vida con los filisteos, incluida Dalila, aunque seguro que esto era
lo último que deseaba.
Después de ver la ópera,
se fueron a cenar y ella le preguntó cinco veces seguidas a qué
se dedicaba ... Sansón prefirió contar historietas de los
puentes de París. Nunca se sabe ….
(Ver
video)
Mon Coeur s'ouvre a ta voix
comme s'ouvrent les fleurs
aux baisers de l'aurore!
Mais, o mon bien-aime,
pour mieux secher mes pleurs,
que ta voix parle encore!
Dis Moi qu'a Dalila tu reviens
pour jamais!
Redis a ma tendresse
Les serments d’autrefois,
Ces serments que j’aimais
Ah! responds a ma tendresse
Verse-moi, verse moi l'ivresse!
Responds a ma tenfresse, etc
Dalila, Dalila, je t'aime!
Ainsi qu'on voit des bles les
epis onduler
sous la brise legere,
ainsi fremis mon Coeur,
pret a se consler.
A ta voix qui m'est chere!
La fleche est moins rapise a
porter le trepas,
que ne l'est ton amante a voler
dans tes bras!
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