PSICOLOGÍA DE LA SEDUCCIÓN.

Los secretos de la seducción en 9 arquetipos psicológicos: Afrodita, el vividor, el rescatador, el cautivador, el intelectual, el encantador, el líder y el divo.

AlejandraVallejo-Nágera, especialista en psicología aplicada al mundo de la comunicación, hace una completa anatomía de los seductores en su libro, Psicología de la seducción. 

Vallejo-Nágera analiza la actuación de los seductores, su tipología, sus secretos, motivaciones y expectativas, además de las claves para conquistarles. 
Evidentemente hay gente que parece tener un don para atraer a otras personas. 

La fascinación pasa por cinco fases, de las que hay que tomar buena nota. En primer lugar hay que provocar, llamar la atención, y luego, fomentar cierto misterio.

Desengáñense no se puede seducir siendo transparente como el agua. "El misterio es una herramienta importantísima –explica Vallejo-Nágera –. Todos los seductores, hombres o mujeres, escuchan mucho a quien quieren seducir, abren todas las puertas para que el potencial seducido hable de sí mismo, pero el seductor apenas deja entrever retazos de su vida". 

En la estrategia del seductor no puede faltar la elegancia, "un punto de distinción que te eleva sobre los demás pero de una manera contenida, nunca estridente". 

La elegancia casi siempre es distante, nuestro seductor está subido en un pedestal, no nos necesita pero, ¡milagro! nos presta atención, y esto nos hace sentir importantes. 

Sobre el control emocional. "El seductor te hace sentir importante, actúa como espejo y exhibe virtudes que nos gustaría poseer. Que esa persona nos haga caso nos gusta tanto que se genera una dependencia: ése es el control emocional", afirma la psicóloga. 

Y el quinto parámetro es el castigo. El seducido cree que es una persona muy importante en la vida del seductor, pero éste (o ésta) ya se han ido con otra persona, que también está siendo seducida. El castigo es ese miedo a la pérdida.

La seducción tiene mala fama por lo que tiene de manipulación y peligro, pero muchas veces busca el consenso, la conciliación, "porque no debemos olvidar que el seductor es siempre un proveedor de placer". 

Alejandra Vallejo–Nágera mantiene que la seducción es "algo cansadísimo porque exige conocerse mucho a uno mismo y prestar mucha atención al potencial seducido". 

LOS NUEVE ARQUETIPOS DE SEDUCTOR.

La seducción tiene sus arquetipos psicológicos, que explica Vallejo-Nágera.

Afrodita. 

Es uno de los arquetipos más arcaicos, básicamente femenino. Es la mujer que necesita el amparo de un hombre dominante. "Usa estrategias psicológicas para captar la atención del hombre y le hace sentir, no le deja pensar". 

La mujer afrodita es fácil de contemplar y difícil de conocer, y dispara la imaginación de hombres muy responsables, que se permiten pocas diversiones. Para seducirla hay que ofrecerle lealtad, aplomo y seguridad.

El vividor. 

Éste es el arquetipo más masculino. Es competitivo, logra la admiración gracias a su éxito. "No puede contenerse y presume de ello. Es una persona muy abierta a las relaciones sociales, pero siempre juega con el peligro, y esto forma parte de su atractivo". 

La mujer seducida por un vividor siente que puede correr una aventura extraordinaria, "pero pretender reformarle es un gran error". 

Para seducir a un vividor hay que admirarle por sus cualidades más que por sus conquistas, animarle a ser paciente y a encauzar sus emociones. 

El rescatador. 

Aquí hay muchas mujeres. El rescatador es un ‘solucionador’ de problemas. 

"A su lado sientes que el mundo es más fácil. Su frase favorita es déjalo en mis manos". 

A un rescatador hay que preguntarle por sus necesidades y dejarle tiempo y espacio para que se ocupe de sí mismo. Los artistas. Creativos, originales, hipersensibles; descolocan lo cotidiano, por eso son fascinantes. Atrapan por su originalidad y su romanticismo. 

"Tienen hacia sus seducidos unos detalles que no se le ocurren a nadie, y sacan siempre el lado más sorprendente de lo cotidiano. Para seducirles hay que respetar su idealismo y su espacio". 

El cautivador. 

Es el mago de la empatía y la motivación. Embauca por su optimismo y la cantidad de cosas que hace. 

"Sacan a la luz lo mejor del seducido, pero tienen un problema de concentración, porque les interesan muchas cosas". Tienen éxito especial entre taciturnos, y para conquistarles no hay que mostrarse infelices ante ellos: hay que ayudarles a frenar el ritmo.

El intelectual. 

Vive en el mundo de las ideas, piensa más que siente. "Incluso cuando siente, tiene que pensar en lo que siente". Hay que respetar su necesidad de espacio y soledad, y no abrumarles con exigencias emocionales.

El encantador. 

Ofrece simpatía, equilibrio, calma. "A su lado te sientes seguro, no hay hostilidad, no hay competencia, porque el encantador no discute, le interesa conciliar". Hay que animarle a expresar su descontento y ayudarle a establecer prioridades".

El líder. 

Es la seducción a gran escala. Un líder seduce a un grupo masivo que busca sentirse parte de un proyecto común. El líder tiene una visión, un proyecto de futuro y una misión: lo que hay que hacer para conseguirlo. 

"Para seducir a un líder hay que mostrarse con él tajante y franco, y a la vez apoyarle en sus demostraciones de ternura". 

El divo. 

"Es el rey del estilo, el esplendor y la exclusividad". Maneja como nadie el misterio, y son muy perfeccionistas. Atraer a un divo no es fácil pues hay que hacerles disfrutar de los sencillos placeres de la vida imperfecta.