ADOLESCENCIA IMPOSIBLE
Lo que hay detrás.
En los antiguos colegios se repetía
el cuento de un padre que castigaba a su hijo a clavar unos clavos en una
madera. El niño acababa rápido y cuando se disponía
a ir a jugar el padre le decía: y ahora arráncalos. El niño
cogía la tenaza y comprobaba que cuesta más deshacer que
hacer.
A los adolescentes nadie les ha
dicho lo que hay detrás, las consecuencias. No ha habido límites
y cuando los había la otra parte de la familia (la pareja divorciada,
la familia, el colegio, la sociedad) quitaba los límites.
Cuando a cualquier persona nunca
le han dicho lo que no se puede hacer, se intuye que no hay límites,
de modo que actúan sin tener la percepción de que sus actos
son erróneos o de que tienen consecuencias negativas.
Y cualquier intento de reconducirles
se entiende como una intromisión en sus derechos y a esta agresión
responden con violencia.
Si a los malos conductores se le
obliga a hacer guardia en una ambulancia un domingo por la tarde para ver
las consecuencias de su mala conducción (los accidentes de tráfico),
nuestros adolescentes se deberían pasar los veranos trabajando,
como en el resto de Europa, para valorar lo que hay detrás, las
consecuencias de no formarse adecuadamente, de no aprovechar las oportunidades
que con tanto sacrificio les facilitan los padres.Y cuesta escribir esto
para niños que no han pasado lo que otros, que ya nacieron trabajando.
Les queremos tanto que no les dejamos
ver el otro lado y eso es no quererles.
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