LA PERMISIVIDAD EN LA FAMILIA
LA SUFREN LOS PROFESORES.
Y además, en Italia siguen
viviendo en casa después de los 35 años.
El psicólogo italiano Giorgio
Nardone y los españoles José Sanmartín e Isidro Cantela
subrayaron el papel de los padres en la socialización de sus hijos
y destacaron su responsabilidad para evitar los problemas de indisciplina
en los colegios. La segunda jornada del congreso sobre Familia y Escuela,
un espacio para la convivencia refrendó las tesis de la conferencia
inaugural de Fernando Savater.
La sociedad occidental ha evolucionado
en los últimos veinte años hacia familias hiperprotectoras
y permisivas con los hijos, modelos "negligentes" en los que no se fijan
límites y que hace que los jóvenes crezcan "sin motivación
y con un sentido de la responsabilidad cada vez menor", según expuso
el psicólogo Giorgio Nardone, fundador y director del Centro de
Terapia Estratégica de Arezzo (Italia).
Nardone manifestó que la
hiperprotección que se ejerce sobre los hijos les lleva a creer
que como han crecido en una familia que se lo ha dado todo "tienen derecho
a pedir lo que quieran, incluso a que sus padres les adelanten la herencia
que deberán dejarles cuando mueran".
Según Nardone, los menores
educados sin obstáculos ni frustraciones "crecen sin tener confianza
en sus propias capacidades", y consideró que facilitarles mucho
las cosas "les hace deficientes".
El psicólogo aseguró
que ese modelo protector explica que en Italia cerca del 35% de las personas
con más de 35 años viva todavía en casa de sus padres
no por un problema económico, sino porque "la comida se la sigue
haciendo la madre y los problemas se los sigue resolviendo el padre".
En esta misma línea se pronunció
el director del Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia,
José Sanmartín, quien consideró que la familia es
el contexto de educación y socialización "más importante
que existe" y afirmó que cualquier modelo de familia en que no se
sepan fijar límites "es malo". Sanmartín señaló
que el modelo permisivo es "negligente", ya que supone "no cumplir con
el rol de padres que preparan al hijo para vivir en una sociedad democrática,
y convierte a los niños y niñas en personas que no entienden
que sus derechos, deseos y apetencias tienen que armonizarse con los demás".
"Todos los modelos en los que los límites no se fijan de forma adecuada,
como el autoritario, el hiperprotector, el permisivo o el delegante, tienen
malas consecuencias y lleva a no tener ciudadanos que sepan convivir y
respetar a los otros, sino todo lo contrario", dijo.
También el profesor titular
de Etica y Deontología de los Medios de Comunicación en la
Universidad Pontificia de Salamanca Isidro Catela abogó por imponer
"ciertas restricciones" a los niños a la hora de ver la televisión,
y "desterrar" de la vida familiar que ésta sea usada como una "niñera".

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