MEMORIAS ERÓTICAS.

Los diarios sexuales de mujeres son un fenómeno editorial.  

Los diarios sexuales de mujeres son un fenómeno editorial. Entre las autoras hay veinteañeras que relatan un pasado de prostitución o sexo salvaje.

Cuando me puse en la cabeza que la opción más fácil que tenía para sustentarme al irme de la casa de mis padres, sería ser prostituta, pensé: ‘Ya que voy a ser una ramera, no 
quiero ser una cualquiera’”. 

Tenía 17. Venía de una familia de buena posición económica, había estudiado en los mejores colegios de San Pablo. Raquel Pacheco, así, se convirtió en Bruna Surfistinha, una brasileña, que hoy, ya retirada, es una de las autoras más leídas de su país. Bastó que contara en un libro -El dulce veneno del escorpión (Panda Books)- sus tres años dedicados al sexo pago y a las drogas. La primera edición vendió 10 mil ejemplares. Y se hará una película. La muchacha, con 21 años es toda una celebridad en su país. Tiene su propia página web que es visitada por 15 mil internautas por día, y en su blog contó con lujo de detalles sus citas con hombres, mujeres y parejas, las fiestitas de las que participó y sus andanzas en los clubes de swingers. Su libro, al menos en la edición brasileña, tiene 36 páginas negras y viene lacrado. Y ahora, se puede seguir su actualidad post-prostitución. “Como fui una buena chica este año, Papá Noel me trajo un regalo -escribió en Navidad, sin dar más detalles-. Quiero volver a ser 100% Raquel. Hago un brindis agradecido de Raquel a Bruna. La nueva Raquel nunca surgiría sin Bruna”. Y hace mención al dinerillo que ganó (¿será mucho, poco?) con aquella vida. Además, da consejos a las mujeres sobre cómo conquistar a un hombre. Y a ellos cómo comportarse. 

Y para los aficionados al voyeurismo, ya había un antecedente con Cien cepilladas antes de dormir (Emecé), de la italiana Melissa Panarello. Una adolescente que entre los 15 y 17, ofreció sexo en su pueblo de Acicastello, cercano a Catania, en la sanguínea Sicilia. La niña, aburrida en su casa, y en pleno despertar sexual, decidió probar a fondo. Primero, se preparó ella misma. Después salió a buscar un amor idílico (¿quién no, a esa edad?). Finalmente, no paró 

En Italia vendió un millón de libros y los derechos a 23 países y se ha hecho una película de su vida.

La vida sexual de Catherine M puede resultar un poco fuerte, por sus altas dosis de sexo descarnado. Y quizá hubiera sido sólo un libro más si no fuera porque es la autobiografía pasada a literatura erótica, de la prestigiosa crítica de arte, periodista, ensayista y directora de la revista Art Press: la francesa Catherine Millet. ¿Habrá sido por eso que se vendieron más de medio millón de libros? ¿O porque hizo y contó su sueño –acaso compartido por millones: ser poseída por la mayor cantidad de hombres posibles.

La vida sexual de Catherine es un libro atípico, y esto, en cierto modo, es una limitación a la hora de enfrentarnos, investigar y comparar el mundo del sexo. Y aquí no se habla de calidad o intensidad, sino de formas de concebir la relación íntima. Para la autora, el sexo y así lo confiesa es una función fisiológica más, igual que comer o dormir; algo que bien podría ser cierto en algunos momentos de tensión, no lo es normalmente. 

Y si es placentero el acto sexual puramente físico, si se realiza con cariño o ya con amor o enamoramiento, el resultado es inmensamente mejor. En cambio, Millet ni siquiera se plantea el tema de los sentimientos, que es lo que realmente hace que se convierta en magia el sexo. También habla mucho de sexo en grupo, algo que, por lo que leemos, debió de estar de moda en ciertos ambientes parisinos, pero que queda lejos de las inquietudes del común lector. Las descripciones mecánicas de cómo era poseida hasta por 20 hombres y cosas así es lo que menos interesa del libro, que se mueve entre el informe, la confesión y aquí está su mayor atractivo la reflexión.

Shangai Baby (Planeta), de la china Wei Hui, es otro relato que vira hacia el erotismo, pero con la textura de un haiku (poesía oriental). Sin embargo, la china que buscaba aventuras sexuales escandalizó al gobierno de su país, cinco años atrás. La prohibición oficial y la quema de 40 mil ejemplares de la novela, por “decadente, viciosa y esclava de la cultura occidental” no hizo más que agrandar el interés por la historia ahí contada. Un poco en tono biográfico, otro poco en ficción, Wei Hui propone sumergirse en el interior de una generación de jóvenes chinos que enfrentaban los tabúes sociales como la homosexualidad y las drogas. En el mercado negro, la novela de Wei Hui vendió más de dos millones y medio de libros piratas. Motivo que alcanzó para que llamara la atención internacional; se tradujera a 24 idiomas y que su autora fuera famosa. A los 32, Wei Hui vive con su madre en Shangai, devenida en referente de una generación de mujeres en la China del siglo XXI. 

EL ORIGEN DE LA NECESIDAD DE ESCRIBIR.

Ahora bien, ¿qué lleva a estas mujeres a contar sus aventuras sexuales?. ¿Sólo una cuestión de mercado?. 

“En este tipo de obras, existe un sistema armado de construcción mental sobre el erotismo que se reproduce, que vuelve sobre sí, como un fin. Es volver sobre el cuerpo de manera reiterada, obsesiva; una permanencia en el deseo, su formulación y el sexo”, analiza la escritora Tununa Mercado, para quien el libro de Catherine Millet es todo un desafío en este rubro literario. ¿Por qué? En principio, dice Mercado, porque la impronta de las aventuras sexuales en la literatura siempre fue varonil. “Ese orden de dominación, penetración y triunfo sobre lo femenino, que es casi violatorio y que no se lo cuestiona demasiado”, observa. Por eso, el libro de la francesa Millet es como decir: “Nosotras también podemos ser porno; y en esa perspectiva, me parece reivindicativo”. 

Los diarios de Bruna Surfistinha y de Melissa P., ¿habrán sido meros peajes para entrar en el mercado del erotismo escrito? ¿Un oportuno atajo hacia el mundo literario? ¿Hasta dónde es realidad y hasta dónde es ficción lo que cuentan? ¿Se habrá escrito la vida de una prostituta que narre su secuestro, su relación con el proxeneta que la explota, su incursión en las drogas, el tráfico de personas, el mundo real?