¿QUIENES SON LOS AUTÉNTICOS SUPERHÉROES?

Sólo cuando se da todo se da algo.

Había una vez un padre que estaba cansado, triste, preocupado, intranquilo, pero cada mañana se le veía con ilusión tirando del carro con fuerza.

Seguramente nos parece un superhéroe pero no lo era. Tenía alguien por quien luchar. Era un padre más como todos.

Había una vez un hombre que lo vendió todo para pagar una operación que pudo haber salvado la vida de su único gran amor.

Tampoco era un superhéroe. Era uno de esos miles de hombres decentes que saben lo que tienen y a quién se lo deben. 

Los verdaderos superhéroes son los que se caen y se levantan. Vuelven a caer y se vuelven a levantar. Se levantan y siguen.

Los superhéroes son los que no tienen miedo a volver a pasar por lo mismo. O mejor, que si tienen miedo lo superan.

Y luego está el resto, los que tienen pánico a que vuelva a suceder el peor episodio de su vida. Los que saben que ya no tienen fuerzas para poder volver a levantarse.

Todos esos saben que si volviese a suceder aquella desgracia que no pueden olvidar, volverían a darlo todo, a hacer lo mismo. Y se saben sin fuerzas para volver a darlo todo.

Pero para nosotros son superhéroes y les admiramos porque su único temor es haberse quedado vacíos, sin fuerzas para volver a darlo todo, porque sólo cuando se da todo se da algo.

Un héroe es el que se atreve a volver a darlo todo para perderlo todo. Y eso es muy difícil cuando se ha sufrido mucho por lo que sea, una enfermedad, una separación … irremediablemente nos ponemos una coraza de acero.

Un superhéroe es el que vuelve a lanzarse al mar para volver a salvar otra vida. Y así hasta que salva a todos o se va con ellos.

¿Cómo puede ser capaz el ser humano de lanzarse al mar para salvar la vida de alguien que se está ahogando y a quien no conoce, y luego hacer daño a quien le ha dado todo o ha compartido su vida?. ¿Se puede ser malvado y superhéroe a la vez?. Seguramente sí y esa sea la desgracia del ser humano, que llevamos dentro el lado bueno y el malo cogidos de la mano, y sin querer soltarse.