REUNIÓN “TUPPERSEX”. 

Nuestras madres se reunían en casa para comprar los envases de cocina tupperware, ahora quedamos para comprar vibradores.

A las mujeres no nos es fácil ir a un “sex shop”. Si hay algo que una mujer no soporta es que no dejen de mirarlas y cuando una mujer entra en una “sex shop”, todos son miradas furtivas y risueñas del dependiente, el calvo que compra DVD, algo insoportable.

Así que qué mejor excusa para montar una fiesta entre amigas y, además la que pone la casa se lleva un vibrador de regalo. Se han puesto tan de moda las conocidas reuniones ‘tuppersex’. Encuentros entre mujeres, en casa o en cualquier otro sitio, donde se muestra un gran surtido de juguetería erótica: desde cremas para masajes o aceites, pasando por lencería hasta los artículos eróticos más innovadores. 

Lo mejor de estas reuniones ya no son las compras, sino el cachondeo femenino y la juerga que se organiza cuando la vendedora o la “amiga más liberal” se sueltan de la lengua.

Las mujeres hablan con confianza de su vida sexual y preguntan todas las dudas que tienen a la vendedora. La vendedora les habla de mujer a mujer y en un ambiente exclusivamente femenino.

En Estados Unidos están teniendo mucho éxito entre mujeres de entre 35 y 40 años, cuando ya han pasado los primeros años de matrimonio, la mujer ya sabe lo que quiere en materia sexual, y no le importa tanto quedar bien con su pareja. 

Así que si su mujer le dice que va a una reunión, mejor no pregunte, confie en que le traiga algún regalo hinchable.