ULISES. RENUNCIAR A LA INMORTALIDAD POR UNA MUJER.

La Odisea de Homero.

Aunque nada se conoce de Homero, se estima que vivió entre 1159 y 865 a. de C.  Muchas ciudades reclaman haber sido su cuna, Argos, Atenas, Rodas, Salamis, Chipre y Smirna, algunos suponen imposible que un solo autor haya podido con semejantes obras.

Desde el punto de vista lingüístico e histórico, los relatos pueden situarse en las ocupaciones griegas en Asia Menor en el siglo IX a.  de C.  La Ilíada cuenta la guerra de Troya, el rapto de Elena por Paris y las hazañas de Héctor y Aquiles.

LA ODISEA

La Odisea es el relato de los viajes de Ulises y los argonautas, la superación del incesante e irrechazable canto de las sirenas y las tentaciones de la ninfa Calipso, hija de Atlas, que retuvo a Ulises (también conocido como Odiseo) durante siete años hasta que él rechazó su oferta de inmortalidad y retornó a su fiel esposa Penélope.

Al principio, Ulises rehusó participar en el ejército que atacaría Troya, pero los griegos usaron a su único hijo, Telémaco, para influir en su decisión final. En la Ilíada, Homero le describe como un héroe sagaz, valiente y decidido y se le adjudica la idea del caballo de Troya.

Casi ningún héroe griego regresó sano y salvo a su hogar.  Sin embargo, quien más sufrió fue Ulises (también llamado Odiseo), rey de Itaca.

Entre los numerosos peligros a los que se tuvo que enfrentar en su retorno, destacan su enfrentamiento con el cíclope Polifemo, a quien dejó ciego clavando un leño ardiente en su único ojo, debido a que este se estaba comiendo a sus compañeros; y con la hechicera Circe, que convirtió en animales a sus compatriotas, a los que Odiseo luego liberó de su hechizo, aunque no pudo salir durante un año de la isla donde se encontraba, debido a que Circe se enamoró de él.

Finalmente, de vuelta a su hogar, debió enfrentarse a los pretendientes de su esposa Penélope, quien lo seguía esperando, resistiendo sus acosos y abusos de su hospitalidad.

Siempre asistido por la diosa Atenea y con la ayuda de su hijo Telémaco y de un par de fieles sirvientes, logró vencer en su propio palacio a los supuestos pretendientes, matándolos a todos.

Luego fue reconocido por su fiel esposa, viviendo con ella tiempos más felices tras veinte años de separación.

SU MUJER, PENÉLOPE, ES EL SÍMBOLO DE LA FIDELIDAD.

Presionada para que volviera a casarse, porque Odiseo (Ulises) no regresaba de su largo viaje, ella prometió que lo haría al terminar la mortaja que estaba tejiendo para envolver el cadáver de su suegro.

Pero todas las noches subrepticiamente destejía la labor del día y volvía a empezarla  al día siguiente.

Abrumada por las presiones, prometió que se casaría con el hombre que fuese capaz de doblar el arco de Odisea (Ulises).  Ninguno pudo.

Finalmente, Ulises volvió disfrazado de mendigo, pero ella lo reconoció.

Penélope lo supo no sólo por intuición femenina, sino porque él era el único que podía disparar su flecha a través de doce arcos.

Su perro Argus también lo reconoció pero, conmovido, murió en el acto.

Ulises ungió su cuerpo con aceite y vistió un lujoso manto y una túnica y para darse a conocer le explicó que la cama estaba hecha de un pino que él mismo había cortado y adornado con oro, plata y marfil. Al oír estas palabras, Penélope corrió hacia él derramando lágrimas, le echó los brazos alrededor del cuello y nunca más se separaron.