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EL VIAJERO. Geografía
íntima. |
COMO TÚ
Piedra aventurera.
Y en la montaña que bordea
el mar, sobre la que está el lugar, entre los pinos, en una noche
de verano, entre piedras que sujetan montañas, que frenan al mar,
se dijeron que ellos sólo eran piedras aventureras, incapaces de
sujetar nada, y se despidieron para siempre, o hasta nunca, que es lo mismo.
Empieza el viaje.
Habían visto "Don Giovanni"
y ella le hizo ver como la música no se correspondía con
el libreto, como la pasión por la vida de Mozart le obligaba a tomar
partido por don Giovanni. Hablaron de la composición apresurada
la noche anterior al estreno de la obra. No podía estar indiferente
en aquella gran sala de la ciudad de la música y al día siguiente
viajaron por el río a otra gran ciudad, demasiados recuerdos. El
viajero sólo lamentaba no poder olvidar. El viajero sólo
reprochaba que se olvidase.
Allí tomaron unos baños
termales al aire libre. Algunos se cubrían la cabeza para evitar
el frio. El frio de la cabeza y el calor del cuerpo en agua hirviendo.
Pero la cabeza fría del viajero se alejaba en el recuerdo al extremo
opuesto de Europa.
¿De qué te da miedo?.
De equivocarme, contestó el viajero. ¿Pero qué miedo?.
Una sola palabra para muchos significados. Miedo frente a la variedad idiomática
del alemán: Furcht, Sorge (preocupación), o simplemente Bammel
(ponerse nervioso). El viajero se refería a Angst, una palabra
de raíz indogermánica anghu (restricción), que evolucionó
en la palabra angust, como en el latín angustia. La palabra Angst
se extendió al inglés angst, anxiety, angst-ridden (dominado
por el miedo).
A veces no basta con callar, pero
es lo mejor. El viajero tenía miedos. Los miedos se callan porque
el peor temor es verlos. Los miedos son siempre a todo lo violento, a la
pérdida de lo esencial. Ella decía que el peor miedo era
a tener miedo.
Luego el científico poeta
entró en el restaurante y les explicó que en el lóbulo
frontal se prepara el futuro desde el pasado. Enjoy life y ella volvió
a Mozart.
En la noche más fría
del año se acercaron al lugar del agua caliente y se introdujeron
en la oscuridad. El agua que hervía al aire libre contenía
el frio inmenso de la noche. La cabeza helada en el exterior y el cuerpo
ardiendo en el agua termal. La soledad, el ruido del mar, pájaros.
No hay que tener miedo, dijo ella. Sobre sus cabezas, estrellas y frio.
¿Y mañana?, preguntó
el viajero. El caminante nunca conoce el mañana, contestó
ella, somos pequeñas piedras aventureras, por eso me dejarás
escapar, porque lo sabes.
León Felipe, Versos y
oraciones de caminante (1920-1929)
(Ver
video)
Como tú
Así es mi vida,
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego
centelleas
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra
de una lonja,
ni piedra de una audiencia,
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
que tal vez estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña
y
ligera...
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